Revista En Femenino

Mi reencuentro con el deporte (por Chelo)

Publicado el 05 marzo 2013 por Imperfectas
Mi reencuentro con el deporte (por Chelo)Yo cuando era más joven hacía un montón de deporte. En mis años de universidad, jugaba en un equipo de futbol 7 y en otro de balonmano, iba a correr casi a diarío, de vez en cuando me dejaba caer por las clases de aeróbic que daban gratuitamente en el Colegio Mayor donde vivía... vamos, un no parar. Me gustaba hacer deporte, en solitario y en equipo, me sentía bien, por dentro y por fuera.
Cuando dejé la universidad y el acceso a todo lo anterior me apunté a un gimnasio y allí estuve una buena temporada.
Pero un día, hace unos 8 años, me borré del gym. Y nunca más. Me borré porque me quedé embarazada de mi hija mayor y decidí que mejor aplazar las actividades deportivas por un tiempo. Por una cosa o por otra, casi siempre alegando falta de tiempo, he pasado estos años de letargo deportivo sin mucha preocupación sobre el tema, tampoco os voy a engañar.
En enero abieron un ginmasio nuevo al lado de mi oficina. Qué tentación. Todo se veía tan reluciente, tan nuevo, tan vacío, los monitores lucian tan bien... Dos minutos entre mi mesa del despacho y las bicis elípticas. Nos juntamos un grupo de compañeros entre mi oficina y la de al lado y nos apuntamos en masa, como si no hubiera un mañana y con la consiguiente negociación de tarifa. Encima nos salía "barato".
Y así empecé de nuevo a prácticar deporte. Hago muchas cosas según el día, los horarios de las clases y lo que me apetezca: tonificación, ciclo, máquinas... pero el gran descubrimiento ha sido el pilates. Varias amigas hacen pilates hace años y siempre hablan de lo bien que les va y de lo estupendamente bien que les sienta. Y ahora sí, puedo decir que el pilates mola, pero en contra de lo que piensan los que no lo han practicado nunca, en pilates se sufre.
El primer día casi vomito. No exagero. Tantos años sin hacer nada y sólo a mi se me ocurre tomarme unos macarrones con tomate media hora antes de la clase (al ginmasio voy al medio día). A cada flexión sentía subir los macarrones por mi garganta, casi me da algo. Nunca hubiera pensado que este deporte ejercitara tanto los músculos. El segundo día me dió un mareo que casi me caigo por las escaleras camino al vestuario. Claro, decidí no comer y desde el café de las 7:30h mi cuerpo sintió la falta de azucar a la segunda abdominal. Qué sufrimiento por Dior.
Ahora ya llevo un par de meses y procuro no faltar, incluso empiezo a manejar terminos muy chungos como el "powerhouse". La madre que parió al dichoso powerhouse. Cuando ya te piensas que vas controlando la respiración un poco y no te ahogas tanto, la monitora te sale con esto del centro de poder. A mi a veces cuando en mitad de la clase están en una postura imposible y nos sale con "y ahora activar el powerhouse" solo se me pasan por la cabeza frases del tipo "¿Y tu madre qué tal?" "¿Has venido follada desayunada?". Eso o partirme de risa, que fue lo que me pasó el primer día que lo escuch. Ay! qué risas...
Pues nada, ya os he contado mi reencuentro con el deporte ¿qué si mola estar en forma? Pues todavía no lo se, pero ya os lo contaré dentro de unos meses...

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