Estimada Sra. Diputada: Ante todo, quiero agradecerle que se haya tomado la molestia de contestar mi mail. La verdad, me sorprendió gratamente, ya que no esperaba respuesta alguna, mucho menos desde su mail personal, y muchísimo menos que lo haga a las 2 de la mañana! Creo no equivocarme al pensar que, si se ha tomado esta molestia, es porque le interesa el tema que estamos tratando y que ha sido objeto de intercambios en este mail, como en los que les han enviado otras mujeres sobre este mismo tema.
Desde ya que existe un interés personalísimo en esta movida por el proyecto de ley que se está tratando para regular la profesión obstétrica. El derecho personalísimo que toda mujer tiene de elegir donde, como y con quién parir a sus hijos.
Como le conté en mi anterior mail, mi primer hijo nació en una institución, en un parto que a muchas mujeres les parecería "normal", y hasta "bueno" por lo rápido (me interné a las 17 hs y a las 19:10 nacía mi hijo, en un parto "vaginal", porque de "natural" y "normal" no tuvo nada). Sin embargo, yo lo viví como violento, ya que no fui escuchada ni respetada en mis deseos. Había pedido que no me apliquen oxitocina sintética. Sin embargo, al ingresar a la institución me pusieron una vía, por la que la partera ponía diferentes drogas, sin explicarme en ningún momento ni a mí ni a mi marido qué eran. Cuando preguntamos, dijo "calmantes". Yo me moría del dolor, mi panza era una piedra de dura, no había espacio de relajación entre una contracción y la siguiente, y encima me sentía "volada" debido a los calmantes. Estaba como ida, en un momento hasta sentí que me dormía!! Lo unico que me lo impedía era el dolor que sentía. Una hora después, la partera aprovechó la excusa de hacer un tacto para ver como avanzaba todo, para romperme la bolsa. Cómo sé que fue deliberado? Porque antes de "tactarme" puso una chata debajo de mi cola por las dudas que "justo" se rompiera la bolsa, y mi marido vio como maniobraba dentro mío hasta que la bolsa se rompió. Por supuesto, con la bolsa rota las contracciones dolieron más (y aclaro que había pasado solo una hora desde mi ingreso, no había motivo alguno para romper la bolsa). Y para empeorarla, como tenía puesta la vía no podía caminar ni elegir posición alguna, tenía que estar acostada, sin más remedio. Por supuesto, con todo este panorama, terminé pidiendo a gritos la peridural que antes me había negado a recibir. Ya con la peridural puesta, y con muchas ganas de pujar, tuve que esperar cerca de media hora hasta que llegara el médico para "recibir" al bebé. El médico no hizo absolutamente nada. Llegó para tomar unas tijeras, cortar , mi vagina con una episiotomía absolutamente innecesaria, "de rutina" (lo cual está desaconsejado por la OMS y además yo le había recalcado en muchas de nuestras consultas médicas que no quería episotomía, que prefería un pequeño desgarro), y tomar la cabeza del bebé para ayudarlo a salir.
Me quedó un sabor amargo de este parto... y así fue como empecé a indagar, hasta encontrarme con un grupo de parteras independientes, que me escucharon, y me dieron distintas opciones para mi siguiente parto, que llegaría casi 4 años después. Para este segundo parto, elegí parir en mi casa, porque la institución ya no me generaba confianza. El que se quema con leche, ve la vaca y llora, dicen. Y es cierto. Así que esta vez hice una preparación al parto absolutamente distinta, no tan "técnica" y más "emocional", enfocada en lo que sentiría, en como se desarrolla un trabajo de parto cuando no hay intervención externa alguna, en qué cosas cabe esperar, cuales podían ser señales de alarma y en qué casos deberíamos desistir de un parto en casa para acudir al plan B, que era ir a una institución médica de tipo abierta, para parir con mi partera y mi obstetra. Por suerte no fue necesario. Emma nació en casa, luego de un trabajo de parto de 7 horas. La parí en cuclillas, en el living de mi casa, sostenida por mi marido. La recibió mi partera. Nuestra obstetra esperaba cerca, por si se la necesitaba. Un parto hermoso, íntimo, sin ningún contratiempo, y llamativamente, mucho menos doloroso que el anterior!!
Dos años despues quedé otra vez embarazada. Este embarazo no había sido planeado, y a pesar de que no teníamos dinero ahorrado para solventar el gasto del parto (lamentablemente en nuestro país ninguna prepaga cubre los gastos de un parto domiciliario, a pesar de ser más económico que un parto en clínica) nos ajustamos el cinturon para poder recibir a nuestra tercer hija tan amorosamente como a la segunda. Maite nació el pasado 23 de abril, en la bañera de casa. Un preparto más largo (dos días), un parto igualmente hermoso.
En estos dos ultimos partos no se me aplicó oxitocina sintética, y el parto avanzó mucho mejor, y las contracciones fueron muchísimo menos dolorosas. No tuve peridural ni anestesia alguna, mas que las endorfinas de mi propio cuerpo... Tuve absoluta libertad de movimiento, en ambos elegí como pasar cada momento de mi parto. No tuve episiotomía, tuve en ambos casos un pequeño desgarro de piel y mucosas, que requirió 3 puntos, que cicatrizó enseguida y que no me generó molestia alguna.
Hasta aquí, el relato para que Ud. pueda comprender porque a estas mujeres "locas" que le han escrito les resulta tan espantoso que la ley que se está proyectando no contemple el parto en casa. Y es que nos estan quitando la posibilidad de volver a parir de esta manera, y les están quitando a nuestras hijas la posibilidad de que puedan también tener a sus hijos en sus casas. Y lo más triste es que tuve acceso al documento original del proyecto, y ahí sí estaba previsto que las parteras pudieran atender el parto en el domicilio de la parturienta, pero deliberadamente se ha decidido excluirlo con un gran QUITAR.(ver art. 9 del proyecto original, sin las ultimas modificaciones).
No ponemos en duda su capacidad para opinar o proponer una manera de regular el accionar de las Profesionales Obstetricas. Solo le pedimos que en esa regulación se tenga en cuenta el parto domiciliario. Porque es, le guste o no, otra forma más de parir, otra forma más de nacer.
Ud. nos cuenta en su mail que ha defendido los derechos de las mujeres y que ha trabajado con minorías. Yo le digo: aquí tiene una minoría de mujeres que le está pidiendo esta oportunidad histórica de tener una nueva ley de ejercicio profesional que contemple el parto domiciliario, que sea pionera en su tipo en America Latina!!
Cuando leí el proyecto ORIGINAL de la ley, me pareció espectacular!! No solo se regulaba el ejercicio profesional, sino que además se hacía mención de que el parto NO ES UNA ENFERMEDAD y que las parteras estaban capacitadas para atenderlo, y se especificaba que podían ATENDER PARTOS DOMICILIARIOS!! CHAPEAU!! Era increible!!
Pero las modificaciones propuestas luego me desilusionaron tremendamente. Ud. dice que en el período de trabajo nadie planteo la necesidad de que se autorice a las Obstetricas a atender partos solas en domicilio. Sin embargo en este proyecto original que llegó a mis manos, sí estaba contemplado. Y aunque no lo hubiera estado... SE LO ESTAMOS PLANTEANDO AHORA!!
Sra. Diputada, parir es un acto fisiologico. Más riesgoso que otros, tal vez, pero las mujeres hemos parido a nuestros hijos durante MILENIOS, y hasta aquí ha llegado la humanidad... no deberían darnos la chance de dejarnos confiar y confiar uds., los profesionales, un poquito más en nuestros cuerpos? En un embarazo sano, con una mamá sana, no hace falta quirófano, ni anestesiólogo, ni médico obstetra, ni pediatra... lo dice la misma OMS y esto se aplica con exito en muchos paises europeos, por ejemplo en Holanda, donde el 40% de los partos son en casa!! Ya no estamos en el siglo XVIII y la mayor parte de las mujeres tenemos hoy en día una institución a no menos de 15 minutos de nuestro hogar. Entonces, si se reunen estos requisitos (embarazo de bajo riesgo, madre sana, feto sano, plan B para caso de urgencia) porqué no autorizar los partos en casa en la ley? Porqué no darles a las parteras un marco regulatorio para algo que se viene haciendo desde hace ya varios años, y que se seguirá haciendo, solo que empujando a madres y parteras a la clandestinidad, con todos los riesgos que ello conlleva?
Porque yo le aclaro, Sra. Diputada, luego de haber vivido ambas experiencias, a mí no me hacen parir a un hijo en una institución "por protocolo" ni loca!! Solo por razones médicas podría tener a un cuarto hijo en un sanatorio. De lo contrario, mientras yo esté sana y mi hijo también, creo que el mejor lugar para traerlo al mundo es MI HOGAR.
Ud. dice que no está prohibido el parto en casa en el proyecto, y por ende, como lo que no está prohibido no es delito, no tendríamos problema en parir en casa. Si Ud. supiera, hoy en día, estando permitido el parto en casa, con los inconvenientes que nos encontramos las madres que elegimos esta opción para no ser castigadas si por algún motivo tenemos que terminar en una institución (las instituciones médicas tienen una manera muy solapada pero muy cruel de cobrarse el "atrevimiento" de la mujer de haber sido tan omnipotente de haber querido parir en su casa), o los inconvenientes que tenemos a la hora de anotar a nuestros hijos en el registro civil, en provincia de Buenos Aires, por no contar con la bendita "oblea", no diría que estas palabras... Elegir parir en casa es, hoy, remar contra la corriente. Si deja de estar contemplado en la ley, será practicamente imposible en la práctica...
Por ultimo, y para terminar, me ha encantado su invitación a que trabajemos para asegurar a la mujer un parto humanizado, en el que se respeten sus derechos y no se la “sobrepreste”. Y le redoblo la apuesta, pidiendole que nos invite a un grupo de madres a charlar con Ud. y la Comisión de Salud de la Camara sobre este proyecto, que nos conozca, que nos escuche... Coincido también con Ud en que "el Estado debe asegurar a las mujeres los medios para parir SEGURAS con todos los recursos necesarios para honrar la vida", y creo que eso debe incluir también al parto en casa, opción tan valida como la de quien opta por una cesarea electiva.
Espero haber llegado a su fibra femenina, y que nos de la posibilidad de charlar frente a frente de este tema.
La saludo atentamente.