Abro el cajón de ilusiones con esperanza para deslizar dentro un nuevo destino: México.
Un país cuyas piedras milenarias, resguardas por la selva, parecen llamarme con insistencia para que vaya a descubrir sus leyendas, a descifrar sus enigmáticas inscripciones.
Me susurra también desde el otro lado del océano el rumor del agua que corre por todo el territorio sabiéndose protagonista, que seduce con azules imposibles, que dibuja cañones abriéndose paso entre las montañas; agua que acaricia la arena blanca de las playas intentando enamorar a las palmeras, que coquetea con las piedras saltando caprichosa en cascadas indomables y que se esconde a descansar bajo tierra en cavernas sagradas respirando por agujeros.
Hasta mí llega la fuerza de la lava salvaje de los volcanes de México, quiero ver como dominan el paisaje, como engañan a la nieve para que repose en sus cráteres y hasta les imagino rugir por dentro, como si sus entrañas de fuego se lamentaran por los sacrificios de antaño.
Fantaseo con subir por los escalones de una de sus pirámides, quizá con la ilusión de tocar el cielo con las manos, de descubrir entre las nubes una pareja de quetzales, de aguzar el oído para escuchar a las piedras musitando viejos ritos mayas. Y desde ahí arriba puede que incluso divise retazos del imperio ya pasado pero no enterrado.
México me evoca una orgía de sabores que seguro dejaría huella en mi paladar. Saciarse con tamales, enchiladas, cochinitas, moles, incluso atreverse con los chapulines. Una gastronomía osada, desbordante de colores, que destila aromas sugerentes, que emborracha por su intenso sabor.
Pero sobre todo, quiero viajar a la tierra de mayas y aztecas para conocer a sus gentes a las que imagino sonrientes, fuertes, de carácter, llenos de vida y con rostros que reflejan su intenso pasado. Ricos en vivencias y ricos en cultura; cultura que me encontraré en cada rincón de las ciudades y los pueblos de México, porque sus esquinas han de estar repletas de historia.
Y para que esta ilusión se convierta en realidad y más tarde en recuerdo, he trazado una ruta de 10 días con la ayuda del Maya Pass, en este caso el de 7 días, un pasaporte ideal para descubrir México que incluye los traslados de un destino a otro con la compañía de autobuses ADO que pone a disposición del viajero una amplia red de terminales. Así participo en el concurso que promueve All Pass Mexico para organizar un blogtrip con la ruta elegida.
Día 1 Ciudad de México
Legada a Ciudad de México. Visita indispensable al Zocalo, el centro histórico de la ciudad, una inmensa plaza, conocida también como la Plaza de la Constitución, coronada con la Catedral Metropolitana y salpicada de museos. Un lugar ideal para tomar el pulso a la ciudad, para contemplar sin prisas la vida actual de los mexicanos rodeados de su historia. Este enclave que nunca duerme es testigo de celebraciones, manifestaciones, eventos culturales, demostraciones de su rico folklore… No hay mejor modo de comenzar a zambullirse en el país que perderse en el ir y venir de la plaza.
Otra propuesta para aprovechar el día es acercarse al distrito de Coayacán, al barrio intelectual y artísitico de la ciudad, para visitar la casa museo donde residió la pintora Frida Kahlo, pareja del también pintor Diego Rivera. Te adentrarás en la vida trágica y poco convencional de uno de los iconos culturales mexicanos del siglo XX.
Día 2 Puebla-Cholula
Tomaremos un autobús muy temprano para llegar en un par de horas a Puebla y aprovechar el día. No puede faltar en mi ruta esta ciudad cuyo valle está custodiado por cuatro volcanes: el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl, La Malinche y el Citlaltépetl. Un rápido paseo por la ciudad antes de poner rumbo a un pueblo mágico y no tan visitado Cholula, donde recaló el mismo Hernan Cortés.
Elijo este rincón porque aúna la fuerza de la naturaleza, vestigios arqueológicos, eco turismo de aventura, una gastronomía muy peculiar y ricas tradiciones que se ven en su folcklore, sus leyendas y sus festividades. Desde la explanada del Templo de la Virgen de los Remedios, por ejemplo, puedes disfrutar de las espectaculares vistas del volcán Popocatépetl. Si te animas, y la climatología lo permite, puedes sobrevolar este volcán en parapente. Imprescindible visitar la Gran Pirámide, la más grande del mundo en cuanto a su base, sus túneles y los yacimientos anexos. Antes de dormir, una buena cena para probar las Orejas de elefante, una gran tortilla rellena con frijoles en su interior y salsas y aderezada por fuera con queso y cebolla.
Esa misma noche cogeremos un autobús nocturno que nos dejará temprano en nuestro siguiente destino.
Día 3 Chiapa de Corzo
Llegamos a la región de Chiapas vía Tuxtla Gutiérrez, capital de la región, para ir a la ciudad colonial de Chiapa de Corzo. Una jornada para disfrutar sin prisas de la belleza natural del Cañón del Sumidero, ubicado en un espectacular parque natural. El río Grijalva discurre entre paredes de más de 300 metros de alto. Un paseo por sus aguas nos dará oportunidad de fotografiar el paisaje, descubrir cascadas y avistar animales como monos y cocodrilos.
Haremos noche en la ciudad para descansar del largo viaje y seguir disfrutando la zona.
Día 4 Chiapa de Corzo
Tras un buen descanso, podemos dedicar la mañana a pasear con calma por esta bella ciudad colonial, que fue la primera fundada por españoles en la región de Chiapas. Sus lugareños tienen gran habilidad para tallar la madera, una buena muestra son las máscaras que lucen en la fiesta de los Parachicos. Otra opción es recorrer algunas de las múltiples cascadas que salpican la zona y disfrutar del azul especial de sus aguas.
A mediodía cogeremos un autobús rumbo a Palenque donde haremos noche.
Día 5 Palenque
Despertaremos en la importante ciudad de Palenque donde, después de la naturaleza de días anteriores, volveremos a reencontrarnos con la arqueología. Palenque tiene una importante y completa zona arqueológica que no podemos perdernos. Seguro que nos maravillaremos con El Palacio o el Templo de las Inscripciones.
Por la noche, es un buen momento para degustar la gastronomía típica de la región de Chiapas. No puedes perderte platos de origen indígena como el shote con momo.
Día 6 Palenque
Para descansar y continuar disfrutando la zona no nos moveremos de Palenque que aún tiene mucho por descubrir como La cascada de Misol-ha demuestra la fuerza de la naturaleza con una preciosa caída de agua de 35 metro de altura.
Día 7 Campeche -Mérida
Por la mañana saldremos hacia Campeche donde podemos pasear por sus calles llenas de color y charlar con sus lugareños. Después de descansar y saborear la comida del lugar saldremos rumbo a Mérida donde llegaremos en un par de horas
Día 8 Chichen Itza
Por fin llegaremos al complejo arqueológico más conocido de México Chichen Itza.
Día 9 Tulum
Tulum nos permitirá pasar el último día completo descansando y paseando por su playa.Por la noche veremos un espectáculo de folklore.
Día 10 Tulum
Disfrutaremos la últimas horas en Tulum paseando, comprando artesanía o con último baño. Vuelta a Madrid