Revista Ciencia

mi vecina, la misteriosa salmandra

Por Nofler @nofler8

Para defenderse de sus cazadores, disponen de un mecanismo de defensa basado en unas glándulas repartidas por su cuerpo que segregan un líquido denso y blancuzco que provoca serias irritaciones en lugares delicados como la boca, nariz, ojos, etc.

persona con una salamandra en la mano

Normalmente sale de su escondrijo cuando el tiempo es frío y húmedo. Se le puede ver pasear con mucha tranquilidad en los caminos, a veces se esconde bajo las piedras. Su longitud rara vez sobrepasa los 20 cm. Las salamandras muestran una asombrosa capacidad para regenerar miembros amputados. El estudio de ese anfibio abre nuevas vías para la reconstrucción de miembros y tejidos del cuerpo humano. Es muy fácil reconocerlas por el color de su piel, que es negra con manchas amarillas, la cual es utilizada como una señal de advertencia para evitar ser atacada por otros animales. Su piel contiene pequeñas cantidades de sustancias tóxicas que excreta por dos orificios situados en su espalda.

Al ser capturada y manipulada, segrega un líquido blanco y espeso que en contacto con la boca, ojos o nariz, produce irritación

Las Salamandras comunes no sólo hibernan (de octubre hasta marzo), sino que también reducen su actividad durante la estación más caliente (julio, agosto), en particular en el sur de su área de distribución. El color negro y amarillo (coloración aposemática) es una advertencia para enemigos potenciales: La principal defensa de S. salamandra contra los depredadores es su toxicidad. Las grandes glándulas paratiroides detrás de los ojos y las filas de las glándulas de veneno se extienden longitudinalmente por el cuerpo del animal y secretan neurotoxinas. La salamandra es capaz incluso de rociar activamente estos productos químicos en estos depredadores para desalentar el ataque. Estas Salamandras pueden alcanzar una edad de más de 40 años. Por lo general, permanecen fieles a la misma área de distribución por muchos años. También revisan continuamente los mismos lugares de hibernación: un experimento encontró individuos volviendo a la misma cueva para hibernar durante 20 años seguidos. Estos viajes requieren algún mecanismo de marcado (hitos).

Utrella!!!


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