Sabéis que acabo de llegar de San Francisco. Aún tengo Jet Lag y unos recuerdos fabulosos de esta apasionante aventura que me ha llevado a conocer los Pixar Animation Studios por dentro. Sí, sí el lugar dónde se han creado películas cómo ' Toy Story', 'Buscando a Nemo', 'Los increíbles', 'Cars', 'Ratatouille', 'Up', 'Brave', 'Monsters University' o la más reciente 'Inside Out', que ayer mismo volví a ver en casa. Ha sido una experiencia única que ahora quiero compartir con vosotros a través de dos entrevistas. Son dos personas que han conseguido en la vida lo que más querían, trabajar en el lugar en el que siempre habían soñado. Son dos talentos españoles que están en Pixar y que tuve la oportunidad de conocer de cerca. Por eso he titulado este post 'Lo que he aprendido del éxito'. Me refiero a su éxito. A ver cumplido un sueño. A hacer realidad muchos años de esfuerzo. La verdad es que yo también me he sentido así con esta oportunidad que me ha concedido Disney. Siempre les estaré muy agradecida. Este jueves doy una conferencia en la inauguración de los cursos de postgrado y másters de una famosa escuela de negocios en Barcelona. Me quedé de piedra cuando me dijeron que había sido yo la seleccionada para hacer el speech inaugural a los nuevos alumnos. Me pidieron que les hablara de motivación. Y claro, yo voy a basarme en Pixar. Aquí os cuento el por qué.
Mirad pocas cosas le pido yo a la vida. En realidad siempre suelo pedir salud para los míos. Pero que un día te diga Disney que te ha seleccionado para ir a San Francisco (ciudad en la que nunca había estado) para conocer cómo se hacen las películas de Pixar fue como un deseo no formulado y, a la vez, un sueño cumplido. También es el sueño cumplido de Juan Carlos Navarro, animador en Pixar, que significa ser actor y a la vez trabajar frente al ordenador haciendo que actúen los personajes; y Alfonso Caparrini, Master Lighter, o jefe de iluminación para entendernos. Con Caparrini me emocioné profundamente y aún lo hago al oír su entrevista que os transcribo aquí.
Pensad que yo fui a Pixar para descubrir la última película de la factoría Disney que se estrenará el próximo 27 de noviembre: "The Good Dinousar" o El viaje de Arlo, como se llamará aquí. Me reservo otro post para presentaros este film y hablaros de los entresijos de su creación a través de todos los equipos de Pixar que pude conocer de cerca: desde los archivos, a su director, a los creativos responsables del guión, a la fabulosa directora de fotografía... (Bueno, os avanzo un vídeo que he hecho aquí abajo). Pero hoy quiero centrarme, sobre todo, en estos dos españoles porque sé que muchos de vosotros alguna vez en vuestra vida habéis querido trabajar en algún lugar en el que quizás no estéis o habéis soñado con hacer algo que quizás nunca hayáis hecho.
En mis discursos de motivación a mis alumnos siempre les hablo de tres conceptos: Vocación, enfoque y éxito. Hay gente que dice no tener o no haber descubierto su vocación y yo no me lo creo. Siempre hay algo que hacemos con facilidad, que nos encanta, que nos apasiona, que nos divierte, que nos mantiene vivos... Para mi es escribir. Esa es mi vocación y lo ha sido desde lo 6 años, edad en la que aprendí a hacerlo. Luego está el enfoque. En la vida, damos muchos palos de ciego. A veces no nos marcamos ni una ruta, ni un camino para nuestro aprendizaje. Otras, lo marcamos pero nos desviamos del mismo porque no tenemos claro el enfoque. Es muy importante que si te gusta escribir, escribas, si te gusta cantar, cantes, si te gusta tocar la guitarra, la toques, si te gusta salvar vidas, las salves, si te gusta construir puentes, los construyas. Os recomiendo el vídeo del filósofo británico Alan Watts, What do you desire? Watts le pregunta a sus alumnos qué desean en la vida. Les invita a olvidarse por una vez del dinero que creen necesitar para vivir y les recomienda seguir su vocación y hacer lo que les apasiona, aunque no vean una salida clara a priori. Cuando yo decidí ser periodista todo el mundo me auguró que me moriría de hambre. La segunda persona que recomiendo a mis alumnos es el cocinero Ferran Adrià, un ser extraordinario que me transmitió la siguiente idea: "No busques el éxito en la vida, haz lo que te gusta y conseguirás el éxito". Finalmente, les hablo de un publicista, Toni Segarra, que un día dijo "cuando te gusta lo que haces no tienes la impresión de trabajar muchas horas en ello". Bajo estas tres ideas construyo mi discurso de Vocación, enfoque y éxito. Haced en la vida lo que os guste, animad a vuestros hijos a que lo hagan, no sólo serán más felices sino que os estarán eternamente agradecidos y seguro que en su paz interior sentirán que son personas de éxito.
Mirad la historia de Alfonso Caparrini, responsable de iluminación o Master Lighter en las películas de Pixar. Le preguntamos primero qué había hecho él en la nueva película The Good Dinosaur, El Viaje de Arlo y, sobre todo, cómo había llegado a Pixar. Caparrini ha trabajado en todas los films de Pixar desde Cars. Sus películas favoritas son Ratatouille e Inside Out. Además de contarnos cómo se eligen a los equipos para cada película nos explicó su vida: "Soy autodidacta. Cuando fui al instituto en mi época esto de la iluminación no existía. Empecé muy joven, con 10 años, a programar con ordenadores. Como hobby. Mi tío era programador y me enseño un poquito, me dio nociones de Basic y tenía un Spectrum. A los 13 años tuve mi primer PC y descubrí el mundo del diseño gráfico, Corel, Photoshop y empecé a experimentar. A los 15 años, como mi tío tenía su propia empresa y se hizo distribuidor de kinetix 3d studio max, empecé con este programa mi aventura con el 3d. Estaba tan obsesionado que pasaba más tiempo en su oficina que en casa jugando. Mi tío me dejó el software con los manuales que en la época eran imposible de tener, pues costaban un dineral. No existía internet que hoy es la fuente del conocimiento humano. Me puse a aprender 3d studio en mi casa y poco después estrenaron Toy Story (la primera película realizada íntegramente por ordenador). Al verla dije, esto es lo que yo quiero hacer. Y me dije, yo tengo que trabajar en esta empresa como sea".
Estamos todas embobadas escuchándolo y sigue contando: "Podía haber fallado. Tenía 15 años. Tenía claro que quería hacer esto. Pero la historia tiene también un lado tenebroso. Estaba acabando bachillerato y tenía que hacer ingeniería química que era la tradición familiar. En ese momento le digo a mi padre que no voy a ir a la Universidad porque quiero hacer 3d. Imaginaros. Me decía, deja de hacer el idiota con los muñequitos y sácate una carrera. No fui a la Universidad, me seguí comprando libros, a veces en inglés, descifrándolos con el diccionario al lado, pues no tenía ni papa de inglés, y así poco a poco".
"Me llevó muchos años. Al dejar de estudiar tuve que trabajar de mensajero, repartiendo pizzas y al llegar a mi casa, le echaba 8 o 15 horas de trabajo al 3d. A los 18 años eché el curriculum a un supermercado para trabajar de mozo de almacén. Puse la experiencia que tenía con los ordenadores y cuando me entrevistaron me ofrecieron un puesto de diseñador gráfico para el catálogo. Yo era el que hacía los carteles de Coliflor a 2,99. Con la experiencia que me dio esto tuve la oportunidad de entrar en un empresa que había ganado un concurso con TVE para hacer una serie documental con efectos. Trabajé ahí hasta que cambió el gobierno del PP al PSOE, se canceló el proyecto y nos echaron a todos. Entonces me contactaron de una empresa que iban a hacer una película, más tarde fue Ilion Animation Studios". A los lectores les cuento que este es un estudio de animación afincado en Las Rozas (Madrid) reconocido mundialmente por su película Planet 51.
"Me presenté a las 8 de la tarde y me dijeron que ya podía empezar el lunes siguiente. Estuve 6 años allí hasta que salió la oportunidad de Pixar". Alfonso es sumamente modesto. En Ilion fue jefe de un equipo de animación. "Jamás hubiera pensado que iba a llegar aquí. Un amigo mío que había venido a Pixar me dijo que buscaban iluminadores que mandara el curriculum y dije, anda hombre estás tonto, ni de coña, qué vergüenza. Me insistió y lo mandé, como el que tira una moneda a un pozo. Me respondieron a la semana que me querían hacer una entrevista. Primero me hicieron una entrevista por Skype que fue horrible. Me puse a preparar la iluminación de mi habitación, bebí tilas y tilas. Me imagino que estaba tan nervioso que les gusté. Me pagaron un billete a San Francisco e hice aquí una entrevista de 6 horas con diferente grupos de personas. Aquí tienen en cuenta no sólo cómo eres como artista sino qué tipo de personalidad tienes, cómo te vas a mover en equipo, si encajas con la cultura. Esto se aprecia mucho. Bueno pues aquí estamos". Alfonso tiene actualmente 34 años. Pensad que en Pixar solo están los cracks de los cracks. Nos hizo reír tanto en la entrevista contando su historia que no nos faltó más curriculum para darnos cuenta que estábamos ante un genio, sencillo, modesto, humilde y con un gran sentido del humor y el ridículo, condición que considero clave para triunfar en la vida.
La otra entrevista fue a Juan Carlos Navarro, que es animador, esto significa que es un actor pero trabajando con la principal herramienta de Pixar que es un ordenador. Ha trabajado también en El Viaje de Arlo. Como actor ve lo que necesita un personaje y lo añade a la animación. Un detalle como las venas del cuello cuando grita el dinosaurio, por ejemplo. Trabaja fotograma a fotograma en la escena y en el contexto de la película, en la que han trabajado hasta 8 animadores para hacer mover y actuar a los personajes (os lo contaré en otro post). Juan Carlos estudió Bellas Artes en la universidad y Animación. Tuvo un profesor que había sido animador en Disney en la Sirenita y El Rey León que fue quien le dio el relevo. Son dos historias completamente diferentes las de estos dos hombres pero igual de apasionantes.
Tan apasionantes como los 20 años de historia de Pixar desde la creación de la primera película de la que Alfonso Caparrini se enamoró, Toy Story, hasta El Viaje de Arlo. 20 años viviendo emociones intensas pues sus films son totalmente humanos, emocionales, remueven nuestra alma y conciencia, siempre nos despiertan una sonrisa o no hacen brotar una lágrima. Aquí os dejo un vídeo de estos 20 años para que disfrutéis de este viaje tanto como yo. Y os seguiré contando mucho más en próximos artículos.
Educación infantil, Emprendedores, EventosPeriodista multidisciplinar de vocación y corazón. Más de 17 años en activo en medios de comunicación. Especializada en social media y contenidos desde 2005. Bloguera y emprendedora. Mamá de dos. La mejor profesión.