Ya era hora de que publicara sobre este paraíso llamado Monteverde, en el que he estado viviendo los últimos tres meses, y del que acabo de marcharme (no sé aún si definitivamente o temporalmente). No he podido disfrutar tanto de Monteverde como hubiera querido, ya que vine aquí en plan de retiro para escribir mi tesina, con lo cual he pasado la mayor parte de mi tiempo delante del ordenador. A pesar de eso, he tenido la oportunidad de ver gran parte de los sitios más turísticos de Monteverde, y lo que es mejor aún, conocer gente de la zona que ahora son buenos amigos. Además, al igual que me pasó en Tortuguero, aquí también me encontré con una familia que me adoptó, la familia del hostal donde he vivido estos últimos tres meses, y que gracias a ellos los tediosos días de estudio se hicieron más llevaderos.
Monteverde es un área de Costa Rica de la provincia de Puntarenas, conocida por su bosque nuboso, lo que le ha convertido en una gran atracción turística. Debido a su gran altitud (en torno a 1440 m sobre el nivel del mar), Monteverde está siempre rodeado de nubes que le proporcionan una gran humedad. Es la región más fría del país, quizás por la combinación de altitud y humedad, y en época de lluvias llueve mucho, algo que he podido comprobar pues he estado aquí. Ahora ya no estamos en época de lluvias, pero sí en época de vientos, y eso hace que a veces haga mucho frío. Realmente no es que haga más frío que en Europa en invierno, pero aquí no hay calefacción en ninguna casa ni los grifos tienen agua caliente, y tal vez por eso a veces se siente más frío.
Santa Elena es el centro de Monteverde, un pueblo tranquilo rodeado de naturaleza. Se encuentra en un entorno privilegiado, cerca de numerosas reservas y atracciones turísticas. Es muy pequeño, pero tiene todo lo necesario como supermercados, tiendas, farmacia, clínica, escuelas, etc, y por supuesto tiene muchas agencias, oficinas de turismo, hoteles, restaurantes,… Pero no sé si me gustaría vivir aquí indefinidamente, ya que hay cosas que echo en falta, cosas que en las grandes ciudades podía encontrar fácilmente. Por otro lado, yo ya no aguanto la vida de una gran ciudad, necesito estar más cerca de la naturaleza. Aquí podéis ver algunas fotos de Santa Elena, en un día soleado y con el cielo despejado, pero os aseguro que en el tiempo que he estado aquí, estos días han sido la minoría.
En estos tres meses que he vivido en Santa Elena, me he quedado en un hostal familiar llamado Monte Los Lirios Lodge, un sitio que por cierto os recomiendo si algún día vais a Monteverde, por su tranquilidad y lo acogedores que son. Qué puedo decir de la familia Rodríguez Arroyo que lleva este pequeño hostal, son encantadores y me han tratado como una hija, especialmente doña Mary, la segunda madre que encuentro en Costa Rica.
La verdad que fue una suerte haber encontrado este lugar para quedarme, ya que por sólo $200 al mes, alquilé una habitación con baño privado y una computadora nueva con la que pude escribir mi tesina, además de que todos los gastos como internet y electricidad, estaban incluidos en ese precio. Por si fuera poco, a cambio de crearles una web en wordpress, registrarles en tripadvisor y conseguirles algunos clientes, me han dado casi todas las comidas gratis durante estos meses. Y si alguna vez quería cocinar, tenía la posibilidad de utilizar la cocina. Además la limpieza de la habitación y el lavado de la ropa también estaban incluidos. Aquí podéis ver algunas fotos de este lugar.
Y esta era mi bonita habitación.
Esta es la planta de arriba, y en la mesa que podéis ver en la foto he pasado muchas horas estudiando.
Menos mal que las vistas desde la segunda planta eran fabulosas y de vez en cuando podía distraerme mirándolas. En días claros se podía ver el Golfo de Nicoya, además del exuberante bosque y el pueblo.
Los atardeceres a veces eran espectaculares, como podéis ver en estas fotos. Las nubes no eran impedimento para verlos ya que a veces mostraban unos colores tan bonitos como estos al dejar pasar la luz del sol.
Otras veces estaba tan nublado y había tanta niebla, que no podía verse nada.
Estando en Monteverde recibí visitas de amigos tres veces, y siempre aprovechaba estas ocasiones para hacer un descanso en mi estudio y ver lugares de Monteverde. Los primeros que vinieron fueron Deepak (un amigo couchsurfer de la India que se quedó en mi casa de Madrid hace unos años) y su amigo nicaragüense Inti. Con ellos empecé a conocer mis primeros lugares de Monteverde. En esta foto estamos disfrutando de uno de los almuerzos de doña Mary.
Un mes después llegaron unos amigos españoles con los que también hice mi viaje del Caribe Sur en Costa Rica. Para todos los tours que hicimos en Monteverde con estos amigos y con los otros que vinieron, contamos con un guía llamado Marcos. A él y a su mujer les conocí a través de unos amigos españoles que vinieron de luna de miel a Costa Rica y se quedaron en su casa como couchsurfers. En esta foto estamos con Marcos, en la reserva de Curi-Cancha donde tuvimos el privilegio de ver al maravilloso quetzal.
Y en esta foto estoy con Marcos, su mujer, Susu, y su hija Eva. Susu fue una gran ayuda para mi incluso antes de ir a Costa Rica. Con ella estuve en contacto por email y le pregunté todo lo que necesité sobre Monteverde. Ella me ayudó a encontrar un sitio donde quedarme, e incluso si acabé quedándome en Monte Los Lirios fue gracias a ella. También tuve la dicha (como aquí dicen) de asistir a sus clases de zumba en dos ocasiones (ella da clases una vez a la semana en Santa Elena) y lo pasé muy bien.
Como ya he dicho varias veces en mi blog, yo he cocinado tortilla española en mis viajes para que mucha gente de diversos países la pudiera probar y de esta manera agradecerles su hospitalidad. En Costa Rica cociné tortilla española en cuatro ocasiones: dos veces en San José para couchsurfers con los que me quedé, una vez en Tortuguero para mi familia adoptiva de allí y la última vez fue en Monteverde. Aquí podéis ver fotos de la última tortilla que hice, y de los que la compartieron conmigo: doña Mary y Greivin.
Y ahora tengo que hablar del mejor amigo que conocí en Monteverde, Greivin, aunque él no vivía allí sino en otro pueblo cercano. Con él compartí muy buenos momentos, visitando lugares de Monteverde, hablando de muchos temas que a ambos nos interesan y conectando a un nivel más profundo como pocas veces había logrado con alguien. Una vez más me doy cuenta de que lo mejor de viajar no es visitar lugares nuevos sino encontrarse con amigos y familias adoptivas que surgen como regalos inesperados, pero que no se pueden buscar, simplemente aparecen cuando tiene que pasar.
También puede pasar que cuando estamos en otro país nos surjan mascotas inesperadas y se conviertan en nuestra compañía por un tiempo. Igual que en el caso de las familias y los amigos, ellas aparecen porque echamos en falta a alguna mascota que tenemos o teníamos. A mi me encantan los gatos y me he encontrado con estos preciosos animales en algunas de las casas donde he vivido en el extranjero. Esta vez tuve a Chui, el gato de la familia Rodríguez Arroyo, que hizo mis días de estudio más amenos. Era un gato tan cariñoso que a menudo me perseguía para que le acariciara, y no dudaba en llamar mi atención con sus escandalosos maullidos.
Estando en Monteverde en fechas pre-navideñas y viviendo con una familia, tuve oportunidad de experimentar algunas de las tradiciones ticas. Por ejemplo, en estas fechas todas las familias de Costa Rica preparan tamales y los comen a menudo. Los tamales son una masa de maíz donde dentro se le pone arroz, verduras y carne, se envuelve en una hoja de plátano y se hierve en agua. En dos ocasiones la familia Rodríguez Arroyo preparó tamales, tanto para consumo propio como para venderlos.
Ya por último, para despedirme de Monteverde, quería hablar de un festejo al que asistí el 5 de diciembre, el más importante que tiene lugar allí en fechas pre-navideñas. Se trata del festival Monteverde Brilla, un desfile con música de tambores y a veces otros instrumentos, y bailes tipo majorette pero versión latina. Los que participan en este desfile son bandas de colegios de la provincia de Puntarenas y también algunos de Guanacaste. También se hace un concurso donde se eligen las mejores bandas que actuaron. Al parecer este desfile se hace en muchos otros sitios del país durante el mes de diciembre, es algo muy típico.Me sorprendió ver a un Papá Noel vestido de verde, no sé si será porque Costa Rica es un país muy verde. Luego llegó un Papá Noel tradicional, vestido de rojo, que iba en un carro repartiendo regalos a los niños.
Más tarde, a eso de las 10 de la noche, hubo fuegos artificiales, al parecer los más grandes del año en Monteverde. Yo ya estaba en casa entonces y los vi desde allí, y se vieron muy bien porque el sitio está elevado. Para terminar os pongo este video del festival donde podréis ver mejor cómo fue, espero que os guste.
Así termina mi segunda etapa en Costa Rica, aunque aún no sé si Monteverde tendrá una segunda parte para mi o no. Lo que sí sé es que al menos volveré de visita el próximo año, y espero que en otros años también. Para mi Monteverde es otro lugar más en el mundo que ya forma parte de mi corazón. Escribiré un post próximamente sobre los lugares turísticos que visité allí, ya que en este me apetecía hablar sólo de mis experiencias personales en Monteverde, y en definitiva, de cómo fue este período de mi vida aquí.