
Escrito por N.E.H., mujer diagnosticada de esquizofrenia
" Mi vida no tiene mucha importancia para los demás, pero sí para mi. Les hablo sobre mi trabajo, el que tenía de recepcionista y trabajaba de noche, pero era en un hotel, o sea un sueño realizado. Un día me dejaron parado. Cinco años de esfuerzo para tener un empleo bueno. Les cuento: empezaba a las once de la noche, entraba en el hotel; las novedades, empezar con el papeleo, trabajar con los ordenadores más o menos hasta las dos y media. Después esperar por los últimos clientes, tanto las llegadas como las salidas. A las seis caja y a las siete irme a casa a dormir. Esto es todo. Sólo decir que lo echo de menos. El trabajo me hacía sentir útil conmigo mismo y con los demás. También la relación con los compañeros era buena, sobre todo con uno: el cafetero Miguel. Nos contábamos las alegrías y las penas, los sueños e ilusiones. Mis sentimientos cuando trabajaba eran de tranquilidad y bienestar, bueno casi siempre, siempre hubo algún contratiempo. La tranquilidad de la noche, cosa también normal, la echo de menos".
Escrito por J.C.G., hombre diagnosticado de trastorno de ideas delirantes

Escrito por C.R., mujer diagnosticada de esquizofrenia paranoide
" Me caí de la cuna y empieza un aterrador pánico. Tosca infancia progresando alocadamente. Yo no veía más allá de mi nariz, sentía complejos de mis amigos, inferioridad y miedos, una infancia que pasó oscura, llena de fugas para dar paso a una adolescencia en la que había cambiado de hogar. Por mi situación catastrófica en mi mente hice una visita a un psicólogo, pero mi ambiente familiar era una selva y no me pudo ayudar mucho. Vivía una fantasía que no concordaba con una realidad cuerda. Empecé a tomar alcohol y drogas, y me hacían sentir a mi mismo como si fuera el jorobado de Notredame. Había crecido pero en el fondo seguía siendo el ciervillo de la manada, con sentimientos de niño. Terminé la EGB y estudié algo de música, llegó la hora de hacer la milicia, todos mis amigos no querían ir pero yo lo veía como una peli de Rambo, cuando llegó el día me presenté, del autobús salió Rambo pero llegó Will Smith, qué miedo, qué fatal. Pedí ayuda pero no me la dieron, salí del cuartel directamente a la consulta de un psiquiatra. Hoy hace algo más de veinte años. Si no hubiera sido que no dejé las drogas y el alcohol hasta hace poco, mi recuperación hubiera sido antes, pero hoy estoy estable, lo he pasado mal, pero ha parado todo un infierno de vida que fue en el antaño ".
Escrito por J.A.C.D., hombre diagnosticado de esquizofrenia paranoide