Cuando Katia, mi amiga de toda la vida y compañera de trabajo, me habló de su experiencia en Fariolen Manila y lo maravillosamente relajada que había salido de allí, no me quedó otra que acudir rauda y veloz a este centro de masajes y cuidado personal que han bautizado, con mucho acierto, como templo de bienestar, al que acuden muchas celebrities y del que había leído muy buenas críticas en varios medios de comunicación.
Después de muchos días de estrés y tensiones laborales y personales, me decidí a hacerme nada menos que un masaje a cuatro manos, wowww!! Sí, es tal cual lo estáis pensando y tal y como suena: sencillamente, maravilloso. Un masaje absolutamente relajante realizado por dos personas a la vez con una de las mejores técnicas de masaje traída a Madrid directamente desde Filipinas.
Fariolen Manila es un paraíso de bienestar en plena milla de oro de Madrid, en la céntrica calle Lagasca (número 80), muy bien comunicado y con espacio para aparcar en la misma puerta. Nada más traspasar su puerta te empieza a invadir un sentimiento de relax y bienestar, pues todas las estancias, desde su entrada, están muy bien ambientadas con luces muy tenues, velas y fuentes que te evocan estar en un viaje por Asia. Con una atención muy delicada y estrictamente profesional, y unas cabinas de masajes más que amplias y cómodas, todos los masajitas y profesionales del centro que realizan terapias corporales son filipinos, y realizan la técnica creada por el prestigioso filipino Allen Fariolen, de ahí el nombre del centro.
Mi masaje a cuatro manos fue todo un viaje por los sentidos en el que pude desconectar y terminar absolutamente relajada y con una sensación increible de bienestar. Los masajistas están muy bien conectados entre sí y su técnica y experiencia hace que cada minuto estén perfectamente compenetrados el uno con el otro y, así, mientras uno trabajaba la parte superior del cuerpo, su compañero hacía lo propio con la parte inferior, con mucho cuidado y respeto, dentro de la presión de los masajes tailandeses, el caso es que yo sólo pensaba en que no quería que terminasen nunca.
El broche de oro lo ponen al término del tratamiento, cuando te ofrecen un té, agua o incluso una copa de cava, siempre en una de sus salas tenues en las que se sigue respirando esa paz que inunda todo el centro. Otro detalle es que te entregan una tarjeta con el nombre de los masajistas que te han atendido, por si la próxima vez quieres repetir con los mismos, siempre buscando una atención personalizada y un seguimiento de las necesidades de cada cliente.
Volveré, sin dudarlo, pues además sus precios están fenomenal y por debajo de los precios de mercado de cualquiera de este tipo de centros tan luxury. En este link podéis comprobar las tarifas y paquetes especiales, también disponen de bonos de 10 masajes con los que disfrutar de un supermasaje desde tan solo 25 €. También disponen de tratamientos de belleza y estética, servicios específicos para parejas y experiencias combinadas de gastronomía, relax y alojamiento, con los que regalarse un fin de semana o una escapada de auténtico placer y bienestar. Porque el cuidado de nuestra mente combinado con nuestro cuerpo es más que imprescindible en nuestra vida de hoy en día.