Americano, nacido en Tel-Aviv y residente en Berlín, Michael Ackerman es un fotógrafo complejo y hasta cierto punto experimental que ha sabido otorgar a su producción una personalidad única. El blanco y negro, el grano, las exposiciones tenebrosas son algunas de las huellas que le delatan y que se han reunido en Half Life, un libro que narra sus cazas fotográficas por el purgatorio, donde el paisaje brilla por su deterioro y sus modelos por los límites que recorren. La marginalidad, la decadencia y el exceso rinden cuentas ante un artista que apuesta por las historias sin final feliz y todos esos mundos dentro del mundo que nacen con la caída de la noche.
En la introducción, Denis Kambouchner dice que Half Live es un libro maldito, y puede que no le falte razón. También hay que reconocer que es un documento fotográfico de gran valor y fuerza, 166 páginas editadas en nuestro país por Lunwerg.



Todas las imágenes (c) Michael Ackerman