Exigen austeridad a quienes, apenas empezó el juego, fuimos comidos y hemos mirado el resto de la partida desde la casilla de la miseria. Gracias a cada pequeño bocado, los que no salen en los diarios ni tienen nombre ni domicilio conocidos ganaron muchos puntos que se convirtieron en dinero, mucho dinero. Mientras la partida continuó, fueron saltando de casilla en casilla siempre en busca del máximo beneficio, siempre el propio. Cuando el petróleo pinchó, se fueron a las tecnológicas. De ahí pasaron al inmobiliario, picoteando aquí y allá por el camino en otras casillas, y ahora están en biocombustibles, materias primas, seguridad, defensa… sin dejar nunca el comodín del siempre boyante negocio de las armas.
El Roto (El País)
Tras cada incursión, los piratas esconden su botín en remotas islas con la ayuda de escarabajos peloteros a su servicio, lejos de la codicia de tiburones y de jugadores de a pie, que apenas cuentan con una pequeña embarcación para pesca de bajura y no sobrevivirían en mar abierto. “Los bancos no son los culpables, son sólo una parte, un instrumento del sistema”, me dijeron ayer. Pero en los años de boom, cuando la especulación se democratizó dejando de ser patrimonio de unos pocos, nadie quiso parar la espiral y los bancos se ofrecían solícitos como escalera para subir más alto. Pero la experiencia es un grado y los listos cambiaban de mesa (microchips, ladrillo, maíz, pistolas…) como quien cambia de corbata. Parecía fácil y muchos fueron con sus ahorros a la caja hipotecando su futuro a cambio de fichas para jugar. Cuando estuvieron en racha, creyeron a cada instante que podían hacer saltar la banca y siguieron echando sus dados en una locura colectiva, cada vez más fuerte, más arriesgada la apuesta, como un niño al que no le cansa la repetición y siempre quiere más. Y no les gustó lo que ya sabían: jugaban contra una abstracción, inteligente, de sangre fría, capaz de abandonar a tiempo, aun con sus cartas marcadas y sus dados imantados y que la banca siempre gana. Microchips, ladrillo, maíz, pistolas…