La importancia de llamarse Ernesto ('The Importance of Being Earnest', 1895*) responde a cuanto cabría esperar de la afilada pluma de Oscar Wilde: grandes dosis de humor, sagacidad y crítica mordaz a las clases altas, que destacan por su continua exhibición de superficialidad y afectado cinismo. Dividida en tres actos, la obra sorprende por la maestría de su autor en los diálogos, que transitan entre el absurdo irreverente, del que bien pudieran haber bebido los Hermanos Marx, y las más afiladas confrontaciones de egos. Siendo de por sí el libro hilarante, en verdad envidio a quienes hayan tenido ocasión de ver la comedia en el escenario, bien representada.
La obra trata de engaños, de falsedades urdidas para ocultar verdades, para velar acciones que, de otra manera, serían socialmente reprochadas a los personajes; de ahí la guasa del título original. El cálculo egoísta, el uso de la amabilidad, de la simpatía e incluso del romanticismo como mero maquillaje para voluntades mucho más materialistas, son otros de sus ingredientes. Una lectura, en fin, que no dejará en absoluto insatisfechos a los amantes del creador de Dorian Gray.
Saludos
*Efectivamente, parece que hubo un error en la traducción de la obra, error que se habría mantenido hasta hoy. El título de la comedia juega con la similitud del sonido inglés entre las palabras Ernest y Earnest (Ernesto y serio o formal, respectivamente), con lo que el título original vendría a ser más bien "La importancia de ser formal".