Como sospecharon Stevenson y Gauguin, ni la isla más perdida en el océano más inmenso está lo bastante lejos como para no ser profanada. En los arrecifes de Midway se ahogan los grandes albatros sin fuerzas para llegar a la playa. En el interior de la isla los pollos se mueren de hambre porque sus padres no vuelven trayéndoles el alimento en sus picos, y si vuelven lo que les traen es veneno. El suelo pedregoso de Midway está sembrado de despojos de albatros, de esqueletos con guiñapos de plumas secándose al sol.
El alimento de los albatros son calamares y otras criaturas marinas que flotan en la superficie del agua. Pero lo que más flota ahora en las aguas de Midway son residuos de plásticos llevados allí por las corrientes oceánicas. Un tercio de los pollos mueren cada año por la ingestión de objetos o fragmentos de plástico. El plástico ocupa una parte cada vez mayor de sus estómagos y les impide digerir alimentos. Mecheros, cepillos de dientes, pequeños juguetes, cabezas de muñecos, perchas, hasta cartuchos de impresora. Sobre la arena dorada de esas playas del Pacífico en las que las agencias de viajes siguen situando un edén que la gente ya no busca en la literatura, los cuidadores del parque natural alinean por categorías el siniestro tapiz de los desechos de plástico que han viajado por el océano desde los confines del mundo para acabar matando a los pájaros más hermosos de la naturaleza. Todo lo que uno ve en cualquier puesto de chucherías, en cualquier tienda de todo a cien, lo que se ve en el suelo y se aleja de un puntapié, lo que te importuna en tu mesa de trabajo y tiras a la papelera, lo que en realidad nadie quería, lo que no le hacía a nadie ninguna falta. Mecheros sobre todo. Mecheros de todos los colores, de propaganda, de usar y tirar, como si hubiera algo que pudiera ser usado y tirado luego impunemente.Revista Cultura y Ocio
Un documental desolador que nos muestra el lugar al que va a parar nuestra basura. La isla de Midway en el Pacífico es el hogar de unas 3 millones de aves y los científicos nos demuestran cómo en su dieta habitual está el plástico que tiramos a los océanos. Desgarradoras imágenes, pero necesarias para que las nuevas generaciones no repitan los errores que hemos cometido hasta ahora. La solución no es nada complicada simplemente reducir el uso de pláticos en nuestra vida normal.
Midway dejó de ser una base naval en los años noventa y ahora es un parque natural en el que se refugian, aparte de los millones de pájaros, especies marinas amenazadas, como las focas monje, las tortugas verdes y los delfines.
Pero lo que debería ser un paraiso dista mucho de ello por nuestra culpa.