Revista En Femenino

Miedos y preocupaciones típicas de una embarazada

Por Padresenpanales @Padresenpanales

Igual crees que eres la única embarazada con estas preocupaciones, rayadas, miedos… pero ¡no! He compartido el embarazo con muchas amigas en la misma situación, y ahora que voy por el segundo embarazo, he notado que tengo los mismos miedos e inseguridades que en el primero. Pero por lo menos sé que es normal, que todas pasamos por lo mismo, y que al final las cosas salen por si solas y el resultado es bueno.

10 miedos y preocupaciones típicas de una embarazada

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Miedo a perderlo. Ya se sabe que los primeros meses son cruciales, y como no te hacen muchas revisiones si vas por la Seguridad Social, es algo que no paras de pensar. “A ver si estoy aquí tan contenta e ilusionada y falla algo”. Tranquila, tu cuerpo es sabio seguro que si algo fuese mal te daría pistas. Una vez que pasas esos meses vuelves a tener miedo, ya lo notas, sus patadas, su hipo… y el día que se mueve menos, otra vez preocupada por que vaya mal y pueda pasarle algo. Importante: no busques por Internet, te acojona asusta para nada!

Miedo a que algo vaya mal. En principio el embarazo es ABC para los médicos, hoy esta prueba, mañana esta otra, visita al tocólogo, análisis… Pero en cuanto algo sale de esa rutina todo se altera y no ves el día de que te den los resultados de cada prueba. Además es habitual tener pérdidas, el flujo diferente, contracciones de braxton hicks, pero eso si eres primeriza no lo sabes, y cuando vez algo fuera de lo normal te pones en lo peor. ¡¡¡Calma!!!

Miedo a los resultados de los análisis del embarazo. Si sale un poco fuera de sitio un resultado, y  van y te lo dicen, acompañado por “no es importante”, aún te dejan más preocupada. “¿Para que me has dicho nada entonces?”, piensas. Ejemplo que me dijeron: “la placenta está tirando a previa, pero no es importante, se recolocará que aún es pronto”. Y ya, te lo sueltan así, sin explicación, ¿qué es eso de previa?. Y es cierto que me lo dijeron pronto y luego se fue a su sitio, pero ya te pones a buscar por Internet y solo consigues asustarte más y más. Repito, no te informes por Internet!

Miedo a engordar y no recuperarse. Esto es un no parar desde que te quedas embarazada hasta que vuelves a tu peso, si lo consigues. Es costoso volver a tu estado pre- mamá, pero se puede conseguir. El problema es obsesionarte. Disfruta del embarazo, come si tienes hambre, muévete y haz ejercicio, tu cuerpo va a cambiar, pero tienes que disfrutar de este momento, se olvida rápido!

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Miedo a las horribles estrías. Siempre hay una “amiga” que te lo avisa. Suelen salir las estrías en la tripa (ojo que hay afortunadas a las que no) porque es la zona que más se extiende. Ponle remedio, hidrata la tripa con buenas cremas (la de nivea sirve, no hace falta gastarse un pastón). Y si al final salen estrías, pues ese recuerdo del emabrazo que te quedas, ¿acaso no has pensado en hacerte un tatuaje? (ehh y sino hay láser que las quita, viva la tecnología). Os recomiendo leer este post de la madre notava sobre las estrías, un poco de humor al tema.

Miedo a los cambios en tus pechos. Esto si que cambia, desde el minuto cero. Los pezones se oscurecen, se ponen sensibles hasta unos límites que ni la ropa llevas a gusto, y pueden hasta soltar leche durante el embarazo. Durante la lactancia pasas a tener pechotes molones, y luego vuelven a lo que eran, aunque un poco flojeras. Ósea que sí que cambian, pero que no te asuste que no se van a convertir en lo antisexual ni pasarán a ser pasas de la noche a la mañana. Además con ejercicios de tonificación puedes mantenerlos en su sitio. Y oye, que de toda la vida los pechos son para alimentar, lo de lucir escote está pasado de moda

;)

Miedo a que cambie tu relación de pareja. También cambia, pero no lo temas. Ver el “fruto de vuestro amor” hace que aún le quieras más. Hay que esforzarse por encontrar ratitos como los que antes teníais a todas horas, pero el bebé compensa tanto esos ratos con amor, risas, experiencias nuevas… Hablad, organizaros, buscar tiempo para cada uno individual, que viene muy bien, y tiempo para los dos. Podéis aprovechar de abuelos con ganas de niet@ para ir a cenar, al cine, a tomar algo…

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A las relaciones sexuales. Esto les pasa tanto a hombres como a mujeres. “¿Y si le doy al bebé?” Pues no, no le vas a dar, tranquilo!! De hecho las hormonas que se liberan en las relaciones sexuales son buenas para la madre, y además mantienes en forma el canal del parto. Si que puedes notar en algún momento que hay un tope, que las posiciones no son cómodas, o que te apetece más o menos. Las hormonas y los cambios en tu cuerpo te lo irán haciendo saber.

Al parto. Es miedo a lo desconocido. Y a lo conocido quien va a por el segundo o más. Pueden pasar tantas cosas en un parto… Lo bueno es que con los avances médicos estarás siempre bien controlada. Ten un plan de parto si así lo quieres, infórmate de la epidural, del contacto con el bebé las primeras horas, y pregunta todas las veces que lo necesites. Además en muchos hospitales hay “visitas guiadas” para enseñarte las instalaciones de maternidad y contarte como intervienen en los partos. Os hablo de hospitales públicos como el Miguel Servet de Zaragoza. Al final el parto es algo natural, todas lo hemos hecho durante siglos, y el bebé no se quedará ahí eternamente. Ves con actitud positiva!!

A no ser una buena madre. Esto también es por el miedo a lo desconocido. Habrás visto a otras madres de tu entorno, a tu propia madre, y te puedes hacer una idea de que madre quieres ser…pues olvídate, esto se desarrolla en el directo!! Cada día aprenderás, te amoldarás, conocerás a tu bebé, y serás la madre perfecta para él. A mi los primeros días me daba miedo coger a la beba, no sabía ni por donde pillarla, y luego enseguida te haces a esa cabeza que cuelga a esos mini bracitos… Es amor a primera vista.

Seguro que algún miedo de embarazada más existe común a todas las mortales, pero hago un llamamiento a la calma, ¡¡tranquilas!! Todo llega, y todo pasa, y además con las hormonas revueltas todo lo vemos distorsionado, exagerado, aumentado, respirad y ¡DISFRUTAR DEL EMBARAZO!

“Al final todo sale bien, y sino, es que no es el final” Película Hotel Marigold.

 


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