He pensado que con estos fríos que estamos pasando, no hay mejor plato para entrar en calor que unas migas extremeñas. Ese plato caliente que se preparaba aprovechando los trozos sobrantes de pan de días anteriores y que suponía una suculenta y contundente comida para combatir aquellos gélidos inviernos de antaño nos servirá hoy para restaurar memorias y alimentar el alma.
Será la tierra que me llama, ¡seguro!, pero yo particularmente me siento atraída por esta forma de comer pan, con su chorizo y sus pimientos, y si es para el mediodía, acompañadas también de sardinas. En casa de mis padres siempre está en la lista de favoritos cuando vamos a visitarlos. Cuando vienen a Barcelona, pongo a mi madre a hacérmelas, porque como a ella, no le quedan a nadie.
Mi abuelo era maestro panadero y tenía una panificadora enorme, donde algunas veces nos llevaba a mis hermanos, mis primos y a mi… allí nos perdíamos entre las cajas de reparto y nos hartábamos de pan recién salido del horno, literalmente, caliente aún. Nos pasábamos la mañana viendo las máquinas amasadoras, las que cortaban los panes, los hornos y los trabajadores que con largas palas sacaban bollos, barras, molletes recién hechecitos. De ahí que todos en la familia hayamos conservado ese amor por la harina en todas sus formas. Lo que daría yo ahora por poderme sentar al lado de mi abuelo a que me compartiera todas aquellas historias de moliendas y granos que en su día, por la edad, poco atendí.
Con las migas, además, me vienen muchos recuerdos. El día que nos daban las vacaciones de Navidad en el instituto, se hacían concursos de migas. Qué lástima no tener ninguna foto de aquellas peripecias adolescentes, donde lo mejor no era el resultado de la receta, si no lo bien que lo pasábamos inventando cómo hacerlas… a fin de cuentas salían estupendas, porque muy difíciles no son de preparar.
Así se preparan en casa. Vamos allá, por unas migas extremeñas deliciosas.
Ingredientes
- 1/2 kilo de pan duro migado (en Extremadura puedes encontrarlo ya cortado en bolsas en panaderías)
- Ajos (sin pelar)
- 1 pimiento rojo grande
- 1 pimiento verde grande
- Panceta o salchicha fresca
- 1 chorizo cortado en trozos grandes
- Un par de cucharas de Pimentón de la Vera
- Aceite de oliva
- Sal
- 1/2 vaso de agua para remojar las migas
- Huevos para freir
Si tienes thermomix o cualquier otro procesador potente, mete en porciones de 150 g. y pica en velocidad progresiva 4-5-6 durante 15 segundos. Mira que estén de un tamaño considerable, ¡no como pan rallado!. Si no dispones de estos aparatejos, siempre se pueden picar a mano con un cuchillo afilado y algo más de paciencia.
Una vez cortado el pan, se pone en un plato grande y se humedece con el agua con sal. El pan debe quedar ligeramente húmedo pero no en exceso. Tápalo con un paño de algodón y déjalas reposar al menos 1 hora.
Pon abundante aceite en una sartén y fríe los pimientos y los ajos sin pelar hasta que estén doraditos. Saca y reserva.
Pon un buen chorreón de aceite de oliva y las migas en la sartén y añádeles el pimentón para que vayan tomando color y sazón. A partir de ahí comienza a dar vueltas con una cuchara de madera trabajando al principio enérgicamente para conseguir una mezcla homogénea. Baja el fuego y sigue trabajando las migas más lentamente hasta que estén bien doradas, aproximadamente unos 20 minutos, con mucho cuidado que no se te peguen a la sartén, aunque las tostaditas también están muy buenas.
Cuando ya estén listas, añade los pimientos y la carne y remueve. Sirve y come al momento porque se enfrían con mucha rapidez.
Se pueden servir con un huevo frito encima para hacerla aún más apetitosa.
Si eres de recetas tradicionales o nunca has probado ésta y quieres que más gente la conozca, no dudes en compartirla en redes. Nos vemos la semana próxima. Gracias por tu visita.