La Esfera Cultural continua con una serie de entrevistas a los integrantes de su comité y colaboradores, de la mano de Antonio Guerrero, con el objetivo de ponerles cara y poder conocer mejor quién está tras este proyecto. La Esfera también tiene rostro. Turno para Miguel Ángel Brito
Miguel Ángel Brito,
integrante del comité de La Esfera
Miguel Ángel Brito. Hola Antonio. Antes de empezar la entrevista, quisiera agradecerte esta iniciativa que habéis tenido tanto tú como La Esfera en desnudarnos de alguna manera y poner algo de alma a lo que hasta ahora éramos solo unos nombres y unas letras. Me gusta mucho esa frase que reseñas de Deleuze que no conocía, y con la que estoy totalmente de acuerdo. Yo veo el pensamiento como una sucesión infinita de eslabones. Cada eslabón se nutre de una vivencia y cada vivencia nos lleva finalmente a elaborar algo, una idea, que al final si le damos forma se convierte en creación. El artista es inagotable, continuamente en la búsqueda de esos eslabones, en permanente renovación. La frase a la que haces referencia, y que puse en una entrada en mi blog personal La Vida en Sorbos, creo que refleja al verdadero artista, aquel que no tiene miedo a enfrentarse a empezar de cero cada vez, a reinventarse. Muchas veces te encuentras a artistas, sean cantantes, pintores o escritores que encuentran una fórmula que funciona y se acomodan hasta el punto del inmovilismo, incapaces de
arriesgar por miedo al fracaso. Hay que arriesgarse a pesar del fracaso, porque la verdadera creatividad y las mejores obras nacen desde lo peor de nuestros momentos.
A.G. He visto tienes muchas referencias del arte en general, tu gusto exquisito por el mundo que te rodea, es de un digno reconocimiento. A mi me gustaría, en ese planteamiento, que me contaras un poco tu biografía y cómo ha sido tu relación con la literatura.
M.A. Nací en Venezuela porque mis padres emigraron desde uno de los trozos más pequeños del Atlántico, que en los años sesenta languidecía carente de oportunidades: La Isla de El Hierro. Allí, en Venezuela, pasé mi infancia y parte de mi adolescencia y no he vuelto, pero siempre me quedó el amor por la vida y la música de sus gentes. Nos trasladamos a Tenerife, donde aún sigo, y aquí estudié Farmacia. Actualmente trabajo vinculado al equipo comercial de una Multinacional Farmacéutica que me deja poco tiempo para poderme dedicar a todo lo que me gustaría, porque el ámbito cultural es de las cosas que más me llena. Siempre digo que soy un bulímico cultural. Me gusta en todas sus manifestaciones, desde la música o la pintura hasta la fotografía o la literatura. Por eso presumo de saber poco de mucho y nada de todo. Por más que lo intento no alcanzo nunca a saber todo lo que me gustaría, pero eso, lejos de ser frustrante, es toda una pasión. Siempre me ha gustado leer. Lo de escribir me ha llegado tarde, y fue precisamente en este espacio, La Esfera Cultural, donde encontré un lugar en el cual exponer públicamente mis primeros escritos. De aquí nació mi afición última por la escritura. Aquí me siento como en casa, incluso me atrevería a decir que más que en mi propio blog, donde a veces me siento más solo. He realizado un curso de creación literaria, donde he tenido excelentes profesores y compañeros que me han dado las herramientas necesarias para escribir y ahora estoy en proceso de empezar una primera novela, al margen de la participación en algunos proyectos colectivos como los libros de relatos editados por La Esfera, o el libro de relatos médicos Historias Fonendoscópicas, donde compartiré espacio con relatos de Ana Joyanes, Inma Vinuesa, Ángeles Jiménez, Dácil Martín y Francisco Concepción, mis otros colegas esféricos.
Miguel Ángel, es un amante de
la gastronomía y de los vinos.
Otra de sus pasiones
A.G. La labor de "La esfera cultural" es algo que llena y convierte al ser humano en ser humano pleno. En tus actividades como miembro del equipo ¿cuáles son tus cometidos? ¿Suponen un impulso emocional considerable?
M.A. Cuando me preguntas por mis cometidos, parece que te refirieras a una Organización o una Empresa. La Esfera Cultural más parece una comuna si se me permite la expresión. Somos un grupo de amigos entusiastas que no nos conocíamos de nada. De hecho solo conozco físicamente a los que viven aquí en mi entorno de Tenerife, a Francisco, Dácil, Ana, Inma,… pero a los otros, los que están más alejados, los siento como si los conociera. Es una sensación de extraña cercanía. Todos sabemos lo que tenemos que hacer sin que apenas tengamos que organizarnos. Eso es lo mágico del mundo de La Esfera. Creo que ese nombre explica muy a las claras lo que es, una figura lisa, sin aristas ni recovecos. Una leve pendiente es suficiente para que empiece a rodar sin necesitar impulso.
A.G. El trabajo artístico de “La esfera cultural” enriquece considerablemente el espíritu: lo fortalece, lo completa y lo desborda. ¿Es así?
M.A. Sin duda es así, Antonio. La Esfera es un espacio abierto a cualquier tipo de manifestación cultural, sea literatura, música, pintura, cine,… Eso enriquece. El núcleo duro de nuestro blog son los relatos, en pequeño formato de forma preferente porque es el que más se adapta a un espacio como Internet. La exposición pública de las obras de nuestros escritores, es algo que nos enriquece a todos y nos ayuda a crecer. Yo destacaría que aquí no se cierra las puertas a nadie. No se cuántos a lo largo de toda la trayectoria de La Esfera han podido ver sus textos publicados, pero seguro que pasan la centena. Esa es la verdadera riqueza de este lugar.
A.G. Una pregunta que me viene a la mente es esta. En tu provincia, en tu tierra, ¿cuáles serían los derroteros de la actividad literaria?
M.A. Canarias tiene unos condicionantes que la hacen muy diferente a otros lugares de España. Es un territorio fragmentado y eso condiciona mucho al escritor, y se nota en sus obras, que tienden a formar micromundos, que a veces se ciñen a que la acción se desarrolle, a lo mejor, sólo en un barrio o una calle. Somos así. Nuestro mundo está comprimido por naturaleza, y de ahí salen unos personajes con mucha fuerza, porque padecen el aislamiento o los anhelos de realización frustrada condicionados por la imposibilidad o cobardía de afrontar el desarraigo. Es un caldo de cultivo de historias de mucho calado personal. Eso hace tan distinta a la literatura canaria de la que se hace en otros lugares. Hay una generación muy prometedora de novelistas y poetas en Canarias.
A.G. A nivel nacional piensas que hay un movimiento literario aceptable o el mercado está muy estandarizado?
Miguel Ángel y
su inseparable
cámara Nikon.
Siempre juntos
A.G. ¿Podrá el libro de papel con el electrónico, perderá la batalla o convivirán en una extraña e incómoda armonía?
M.A. Yo no leo en formato electrónico. Por ahora no he entrado aunque nunca digo no a nada y seguramente lo terminaré haciendo. Sin duda se está imponiendo porque tendemos a simplificar, a poner en el ancho de un dedo lo que antes necesitaríamos una pared entera llena de estantes pandeados del peso de cientos de miles de páginas. Los riesgos son los de siempre que se habla de estos temas: el temor al pirateo, a que la gente tenga acceso a esos libros de manera gratuita, etc. Eso castra el hecho mismo de las ganas de crear. Mi opinión personal, es que finalmente se impondrá, aunque tardará muchos años aún, y los formatos en papel serán una sección en unos grandes almacenes para románticos. Yo seguiré teniendo mis libros en mis estantes, al igual que aún conservo algún vinilo. Románticos siempre habrá.
A.G. Como a todos te pediría unas definiciones sobre: La mirada zurda, y sobre La felicidad zurda.
M.A. Escuetamente, Mirada zurda: La inesperada. La que nadie ve. La que el que mira es el único que puede enseñar. Felicidad zurda: La mía. Por eso pocos la entienden.