Este es uno de esos discos a los que le tengo un gran aprecio más allá de la calidad que pueda tener, que para mí la tiene y mucha.
Pero para mí lo importante, y ya lo sabéis, es lo bien que me lo paso y cuanto disfruto este trabajo de Mike cada vez que lo pongo.
Y es curioso que el mundo Olfield me llame la atención. Y es que a mí los contínuos sólos de guitarra me suelen aburrir sobremanera.
Sin embargo, el músico británico es capaz de hacer, muchas veces, que afloren sentiemientos y sensaciones que no todos pueden hacerlo.
Platinum salió en el año 79, y se puede decir que es la primera vez que el músico empieza a sacar en sus lps el formato de canción Pop.
Algo que en lo sucesivo ya sería algo normal y que le proporcionó, si cabe, aún más éxito.
Así que seguí combinando los temas largos con temas, como digo en formato más convencional y más asequible para todo el mundo.
Tampoco soy yo muy de los temas largos e interminables. Pero los de Mike Oldfiel se pueden también ver como un tema divido en varias partes, y en muchas ocasiones, cada parte está bien diferenciada. Así que, por lo menos a mí, no me llegan a aburrir.
Aquí podemos encontrar el tema Platinum dividido en cuatro partes y en donde se puede apreciar que el Rock Progresivo o Sinfónico si se quiere, se entremezcla con un lado más Pop y que consigue un tema estupendo y que gusta escuchar siempre y seguido.
Por cierto la última parte es una pequeña gran joya que sigue entusiasmándome.
La segunda cara se abre con la ambiental Woodhenge. Un tema atmosférico que da paso a la monumental Sally. Un temazo como la copa de un pino. De esos temas que te estremencen cuando lo escuchas. Belleza y delicadeza al mismo tiempo sin caer en la balada facilona. Preciosa.
Y llega la descomunal Punkadiddle que tampoco tiene desperdicio con esos "golpes" de guitarra que machacan y te retumban para darle paso a esa melodía impedecedera y abrumadora.
Otra gozada del chico Mike.
Y el disco termina con la apacible I Ghot Rhytm. Un tema que va creciendo conforme pasan los minutos.
Un buen final para un buen disco que, repito, me encanta escucharlo tranquilo con mis auriculares.