(Foto: Doug Benc/Getty Images)
Los Atlanta Hawks forman parte desde ayer de la decena aproximada de equipos que no saben a día de hoy quien ocupará su banquillo la próxima temporada. El equipo del estado de Georgia decidió no renovar el contrato de su entrenador Mike Woodson -que expiró a principios de la semana-, por lo que se pone fin de esta manera a la relación entre el coach de Indianapolis y la franquicia, que ha durado seis temporadas.
Sin duda, el principal motivo de la no continuidad de Woodson responde a la manera en la que fueron eliminados los Hawks de estos Playoffs, barridos por 4-0 a manos de los Orlando Magic, en una serie en la que se mostraron tremendamente inferiores a los de Florida. Una situación prácticamente idéntica a la de la temporada pasada, en la que Atlanta también cayó claramente en semifinales de conferencia por 4-0, esta vez ante los Cleveland Cavaliers. Por ello, la directiva ha creído que Woodson no es el entrenador que el equipo necesita para realizar una postemporada digna, por lo que ha decidido buscar un sustituto.
Es cierto que los Hawks han decepcionado en las dos últimas temporadas, no tanto por caer en semifinales ante rivales poderosos como Cleveland u Orlando (algo que podría entrar en el guión), sino más bien por la forma en la que el equipo ha sido eliminado, sin tener opciones de ganar prácticamente ninguno de los ocho partidos. Pero tampoco podemos olvidar que Woodson tienen parte de responsabilidad en el "renacimiento" de una franquicia que estaba hundida en la miseria hace no mucho tiempo. Cuando llegó al equipo en 2004, se encontró con un conjunto que navegaba a la deriva, y que sólo fue capaz de ganar 13 partidos en esa primera temporada. Desde entonces, los Hawks no han hecho sino mejorar progresivamente: 26 victorias en 2006 (ya con Joe Johnson en el equipo), 30 victorias en 2007 y 37 triunfos en 2008, clasificándose además para los Playoffs por primera vez desde 1999 y forzando siete partidos en la serie de primera ronda contra los Boston Celtics, futuros campeones.
La temporada pasada la progresión les llevó hasta las 47 victorias y las semifinales de conferencia, y en el presente curso han alcanzado los 53 triunfos, la mejor marca desde 1997. Sin embargo, su mala imagen en Playoffs ha empañado una trayectoria que había sido alabada por todo el mundo. Woodson representa el típico caso de entrenador de un equipo que pasa de la nada al todo en poco tiempo y que genera unas expectativas impensables poco tiempo atrás, y que al no superarlas es la primera cabeza en rodar. El center de los Hawks Zaza Pachulia lo corroboraba así en unas declaraciones para Associated Press: "Crecimos como equipo e individualmente. Él (Woodson) ayudó a muchos jugadores a mejorar. Pero cuando mejoras, quieres más. Y creo que estamos en una situación en la que ya no se trata de progresar. Se trata de ganar un campeonato".
Lo dicho, palabras mayores.