Este libro, como podéis imaginar los que me hayáis seguido, no entraría dentro de mis gustos literarios pero, ha sido la primera y única vez que un autor se ha puesto en contacto conmigo para enviarme su libro. Le gustaban mis reseñas, sobre todo las más cañeras, según dijo. Lo malo es que se puede convertir en un arma de doble filo y que salgas malparado, pues no es un libro de mi estilo, le contesté. A día de hoy, y una vez leído, sigo pensando que este libro no está entre mis lecturas y que ni siquiera lo miraría si lo viera en la estantería de una librería, las cosas como son. Pero vamos a ello, pretendo ser sincero y explicar lo que me ha parecido pero, OJO, como digo siempre: esta es mi opinión. Personal e intransferible, válida únicamente para mi. Que conste.
David es un joven que subsiste en el castizo barrio de Lavapiés gracias a los artículos semanales que escribe para un periódico de tercera y, sobre todo, a la asignación que sigue recibiendo de sus padres, pese a haberse marchado hace tiempo de casa y haber interrumpido cualquier tipo de comunicación con ellos.Inesperadamente recibe la llamada de su madre, con quien ya he dicho que lleva varios años sin hablar. Su padre, un importante empresario granadino, ha fallecido.David vuelve a Granada para el entierro.En un principio los recuerdos le asaltan la mente pero, tras la lectura del testamento de su padre, la verdad irá saliendo a la luz y David se verá envuelto en una turbia trama familiar y empresarial que no había imaginado.
¿Qué puedo decir de esta novela? En primer lugar se observa una notable falta de madurez en el estilo de Benito Olmo. Una prosa demasiado coloquial y simplona hace ver desde el principio que el punto fuerte de la novela no será la calidad del verbo.No obstante, los primeros capítulos generan suficiente curiosidad como para que la narrativa gane en fuerza, lo que, acompañado con la sencillez y velocidad de lectura, hace que apetezca seguir leyendo. La lástima es que, pasadas las primeras 70 páginas, esta emoción se va diluyendo y convirtiéndose en una historia previsible, sosa y repetitiva.En mi humilde opinión, salvo el principio, ciertamente interesante, la novela carece de cualquier otro punto de interés, como pudiera ser escenario, personajes, estilo narrativo o trama.El escenario me ha resultado decepcionante. Por un lado, conozco medianamente bien el barrio de Lavapiés, y no lo he reconocido más que de forma superficial en las alusiones que hace el autor. Por otro lado, he tenido la oportunidad de conocer Granada este mismo año, y quedé enamorado de ella. En este libro la he echado en falta por completo. No basta con decir "se pasea por tal o cual calle" o "estaba enfrente de tal edificio". Una ciudad como Granada constituye un escenario del que se puede obtener una magnífica percepción narrativa. En el caso de Granada se puede sacar una imagen evocadora y preciosa que no ha sabido reflejar Benito Olmo, lo que me ha decepcionado profundamente pues es algo que pretendía encontrar para positivar de alguna forma la obra.En segundo lugar los personajes resultan absolutamente planos. Se observa la intención de Olmo de dotar de profundidad a los mismos, sobre todo a David pero, en mi opinión resulta fallido pues en ningún momento me ha parecido creíble. Como no me han parecido creíbles los sentimientos despertados en David con respecto a su padre, ni con respecto a la relación de Alicia; ni me he creído el papel de Julio; ni siquiera me ha interesado el resultado final. Los continuos lloriqueos mentales de David y la interminable alusión a Alicia como "mi amiga" me han resultado propios de un autor novel y, como consecuencia, David me ha parecido un personaje patético por lo repetitivo y poco creíble, consiguiendo que, al final, no me importase nada la suerte de ninguno de los personajes.En cuanto al estilo narrativo ya he hablado de él. Sin estilo. Excesivamente simplón y carente de formas retóricas. Quizás sea comprensible teniendo en cuenta que está escrito en primera persona, en la voz de David y, por tanto, pudiera ser ésta su forma de expresarse, pero difícilmente creíble si pensamos en las veces que se dice que David es un articulista caustico y potente. Poco más he de decir.Ciertamente se salva un poco la trama, pues resulta interesante y se podría haber sacado mucho más partido de ella si el resto de elementos le hubieran acompañado. De nuevo se observa el empeño del autor por salirse del guión y ofrecer algún giro inesperado, como en cierta visita de David a la morgue, pero vuelve a resultar fallido por innecesario. El conjunto final resulta elongado en casi la mitad de las páginas de que consta la novela.
En mi opinión y sin ánimo de ofender en modo alguno, creo que es una novela para jóvenes que ronden los 16-22 años, preferiblemente mujeres, pero no creo que para mucho más. Posteriormente he buceado algo en la red para comprobar si mi opinión era refrendada por alguien. He podido comprobar que no lo es, normalmente es un libro que "encanta", aunque también es muy cierto que todas las opiniones positivas se ajustaban a blogs cuyas lecturas encajab con el del perfil que acabo de mencionar.No he pretendido que esto sea una crítica destructiva pues está todo dicho sin ánimo de ofensa pero, tampoco pretende ser constructiva pues, está claro, que no soy un profesional y poco puedo aportar al autor. Aun así, creo que el autor tiene mucho, muchísimo margen de mejora.También es probable que, a falta de un par de meses, esta sea mi peor lectura del año 2012.
Aun así, debo agradecer a Benito Olmo el que me lo haya enviado. Me gustó el detalle y me hizo mucha ilusión. Muchas gracias por la oportunidad.
Y finalmente, una reflexión: siempre he pensado que el invertir el tiempo de lectura de un libro justificaba una reseña, ya fuese buena o mala. Ahora, tras leer este libro, empiezo a pensar que no aporta nada el compartir estas opiniones y no sé si realmente vale la pena comentar de forma analítica un libro que no me ha merecido ni el tiempo dedicado. ¿Qué opináis?