Durante siglos ha servido, si no para curar, al menos para tratar el asma, la ascitis, la diabetes, la hipertensión, las jaquecas, el reumatismo, la tuberculosis y las fiebres tifoideas. Es también un poderoso bactericida, depurativa, antitóxica, laxante, sudorífera y diurética. Utilizada por un terapeuta competente combate con éxito la obesidad, el estreñimiento, la dispepsia y hasta el carcinoma de las vísceras y tal vez de otros órganos.
Si tomamos la cebolla en bastante cantidad, cocinada con poca agua a fuego lento y casi sin sal, es un gran (e inocuo) hipnótico. Podemos comerla en la ensalada o tomar el agua en la que fue hervida una hora antes de ir a dormir.
Una sopa de cebolla reaviva el apetito y restaura las energías del estomago. La cebolla es aperitiva. Su caldo es un buen remedio contra los cólicos de vientre. La cebolla limpia el tubo digestivo y cura el estreñimiento.
La cebolla es buena para todas las enfermedades infecciosas. No hay infección intestinal que no ceda cuando se toman cebollas asadas. Ningún microbio resiste la acción de su zumo.
Hacer gárgaras del zumo de una cebolla cruda rallada mezclada con aceite de oliva cura la difteria.
Una dieta a base de cebollas crudas y fricciones de ese zumo en el cuerpo durante varios días cura la hidrofobia (sinónimo de rabia). La cebolla es uno de los más importantes diuréticos y uno de los mejores remedios contra la hidropesía (retención de líquidos) cruda, machacada y mezclada con leche, como único alimento.
La cebolla es pectoral. Si está asada, su zumo mezclado con miel es bueno para curar la tos. Cruda, si la comemos en forma de ensalada con zumo de limón y aceite de oliva, es eficaz contra los resfriados. No hay bronquitis que se resista al tratamiento de cebolla con ajo rallado y mezclado con limón. Podemos usarlo como condimento en ensaladas.
La cebolla es emoliente, si la utilizamos en cataplasmas cura tumores, abscesos, furúnculos (en este caso mezclada con miel). Su zumo es un poderoso desinfectante. Si hay gangrena se toma el zumo de una cebolla diluido en agua.
Combate el reuma, la gota y la artritis. Se comen grandes cantidades de cebolla cruda y apio en ensaladas, y se aplica el zumo de la cebolla en ficciones. Cruda, colocada bajo la nariz, detiene las hemorragias nasales.
Para combatir la gripe utilizamos dos cucharadas de zumo de cebolla, una cucharada de miel, el zumo de un limón, una taza de agua caliente. Se toman tres trazas al día (si es un caso grave, se pueden tomar hasta seis tazas).
Se sabe ahora que la cebolla es un excelente preventivo del infarto. Asada o frita tiene la capacidad de disolver coágulos sanguíneos.
Conviene que la cebolla, hermana gemela del ajo, aparezca con más frecuencia en nuestras mesas. Seguramente conocéis más (de los muchos) remedios de la cebolla, si es así compartidlos con todos nosotros.