Revista Cultura y Ocio

Mil soles espléndidos. Khaled Hosseini

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Mil soles espléndidos. Khaled Hosseini
     "Es mejor ser herido por una verdad que consolado con una mentira (...) Parece casi increíble que la vida de todos los afganos esté marcada por la muerte y un sufrimiento inimaginable. Y, sin embargo, también veo que la gente encuentra el modo de sobrevivir y seguir adelante."
     Confieso que tardé en leer Cometas en el cielo. De hecho leí primero este segundo título. Cuando vi el éxito tremendo que tuvo nada más salir por ser "la segunda obra del autor de Cometas en el cielo", en lugar de pensar en comprar su primera obra, decidí que empezaba por el último. Así sabría si su primera obra fue suerte. Porque la suerte se tiene una vez, pero no dos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Mil soles espléndidos.

     Conocemos a Mariam, una mujer criada con su madre en una vivienda a las afueras de Herat hasta los quince años, momento en que su padre la envía a Kabul a casarse con un zapatero que la supera en treinta años. Veinte años después, el zapatero encuentra en las calles de la ciudad a Laila, una jovencísima madre de quince años a la que invita a su casa, propiciando así la fuerte relación que se establece entre ambas mujeres.
     Es un libro que acerca la situación vivida en Afganistán, mucho más que su anterior obra Cometas en el cielo. Vivimos muchas veces en una especie de sopor consciente que hace que nos lleguen noticias de conflictos y situaciones vividas como a través de una neblina que nos va inmunizando. Entonces llegan autores como Hosseini y nos cuentan historias dulces y conmovedoras, duras y tremendamente injustas que hablan de la guerra en Afganistán y de la religión y la situación de la mujer. Y hacen con sus historias que recapacitemos, sonriamos, y nos emocionemos avisando a la gente de la dureza de sus palabras. No hay escuela para la niña, hay burka, y no se enseñan los pies... desde las primeras páginas sabemos que es una historia que va a revolvernos. Y más aquí, con niñas.
          Esa es la fuerza narrativa del autor, no necesita descripciones interminables ni diálogos en que los personajes se cuenten sus intimidades para saber cómo se sienten. Porque nosotros lo percibimos porque los conocemos, por sus gestos, sus actos... y porque nos podemos poner en su situación, las dulces y las amargas, que la vida tiene de todo. Y muchas veces, el sabor de la vida que te toca viene determinado por el sitio en que naces.
     Hoy traigo un libro emotivo, de esos que se escriben para tocar la fibra sensible del lector y una vez la encuentran la estrujan. Pero ni así dejamos de leer, o quizás cuando nos tropezamos un libro que hace precisamente esto es cuando lo leemos con más velocidad, no lo sé. Y vosotros, ¿cuál es la última historia que os conmovió?
     Gracias
   

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