Miloca significa Lechuza en catalán. También se utiliza como adjetivo para señalar a las personas que aparentan mucho pero que son poca cosa en realidad (aquí no es el caso). Es curioso observar como en catalán se utilizan muchos nombres de rapaces nocturnas para calificar el comportamiento de las personas. Gamarús (Carabo en castellano) se utiliza para las personas zafias o rudas y Mussol (Búho) para las calladas, tristes y poco animadas.Suponemos que la utilización de estos términos en la especie humana se deberá a la cultura popular que habrá distinguido algún rasgo en estos animales que les hace susceptibles de calificar a las personas, pero por lo poco que sabemos de ornitología, que es casi nada, las lechuzas, búhos y demás familiares son aves bastante listas y elegantes. Suponemos que la incultura nos hace atrevidos al opinar, pero no podemos olvidar esa imagen del búho que miras mientras él te mira a ti, después de girar 180º su cabeza y que en un momento dado nos guiña un ojo (!!!) como diciendo: ” déjalos que hablen….”
Hablemos de vinos. El pasado viernes tuvimos la oportunidad de compartir una cata de vinos con nuestros amigos de Álava de la Cruz, en la calle Córcega 544 de Barcelona, un pequeño celler donde podéis encontrar un surtido de vinos amplio e interesante. Podéis leer su blog, verlos en Youtube o seguirlos en Facebook. Nosotros nos seguimos por Twitter y piando, piando, nos invitaron a visitarlos. Con ellos estuvimos degustando los vinos de una pequeña bodega del Montsant, la Bodega Vendrell Rived, en particular su gama de vinos denominada Miloca que contradiciendo ampliamente mi comentario del principio, son mucho más de lo que aparentan.
Los Miloca son vinos de muy baja producción, alrededor de 1.000 botellas por añada, donde se prima la calidad sobre la cantidad. Son dos monovarietales, uno de Garnacha y otro de Cariñena (Samsó), aquí por separado aunque en multitud de ocasiones los encontramos “ensamblados”. Josep María Vendrell, padre de los Miloca nos ha hecho llegar las notas técnicas de las añadas 2011 que aquí os reproducimos y donde aparecen detalladas las principales características de ambos vinos.
Por nuestra parte deciros que ambos caldos nos sorprendieron gratamente, especialmente por su estructura y redondez. Son vinos bien hechos, especialmente el Cariñena. Goloso pero suave, ligeramente ácido y untuoso con un post gusto largo y mineral. Muy buenos vinos, a un precio más que razonable, 9 €/botella. Por cierto, la pequeña lechuza de su logo nunca os guiñara un ojo……a menos que sea la tercera lechuza seguida que miráis.
En la misma cata tuvimos tambien la oportunidad de probar el Alleu 2011 ( 91 puntos Parker), un vino dulce hecho de Garnacha y Cariñena realmente singular. Otro hallazgo
¡¡ Salud Camaradas !!