Sobre todo cuando hablamos de Milu y no de Milú. Hace ya unos cuantos meses Manuel Rivas presentó “Milu”, un cuento infantil que nos relata las vivencias de una niña en apuros. Cuando su padre dejó de cantarle canciones y su madre dejó de tener expectativas, una pequeña televisión se convirtió en su única compañía. El libro está editado por Kalandraka, una editorial que cuida sobremanera la literatura infantil por estas tierras.
Calidad literaria aparte lo interesante de esta iniciativa es que los derechos por la venta fueron cedidos a la Fundación Meniños que ayudan a financiar sus programas de intervención social con infancia.
Y llegados a esta altura del post, os estareis preguntando a que viene esta publidad, que por otra parte nunca está de más publicitar este tipo de iniciativas: la razón es la vuelta al cole. Hace unos pocos días, en mi TL se publicitó (no queire decir que yo lo haya hecho!!) una iniciativa de un gran entidad por la cual iba a estar un día a las puertas de una cadena de hipermercados recogiendo material escolar, para distribuir entre menores en situación de vulnerabilidad. La efectividad de esta campaña para la entidad organizadora y para el hipercado donde se compra el citado material es máxima: visibilidad total, difusión en medios, compra de material escolar y de paso seguro que cae algún donativo. Siento ser tan crítico, pero pensaba que los tiempos de la caridad habían pasado. No se están teniendo en cuenta los costes de almacenaje, clasifición, identificación de beneficiarios, distribución… porque lo realizan voluntarios y su coste es no calculable, aunque no es gratis.
Aunque para la inmensa mayoría de la población no deja de ser una iniciativa en que con un pequeño esfuerzo se hace la buena acción del día, precisamente esta filosofía de trabajo en el siglo XXI destila un “vamos a ayudar al niño pobre” que flaco favor le hace al trabajo de integración social se realiza hoy en día.
En resumen, si tengo que comparar ambas iniciativas puede que la primera sea más oscura, menos importante, menos visible y menos rentable economicamente , pero es más didáctica, menos caritativa y sobre todo a fin de cuentas es un libro… en este país en el que tanto leemos!!