Siempre hemos pensado que el mundo vegetal es hermoso. También hemos sido conscientes de que las plantas están vivas. Otra peculiaridad es su omnipresencia. Y una característica común a todas es su aparente inmovilidad,. Pero si abandonamos un pequeño terreno o una construcción se deja de utilizar durante unos años sabemos que muy pronto habrá una invasión silenciosa de color verde, compuesta por helechos, matorrales o un incipiente arbolado. Esta prueba de la capacidad de recuperación innata en el mundo natural y de su movimiento siempre está presente pero generalemnte no se puede observar debido a que el crecimiento y movimiento de las plantas siempre es en periodos de tiempo muy largos. Sin embargo hay una planta que se salta esta característica a la torera la Mimosa Pudica. De la familia de las Fabaceas, esta planta con un porte discreto, de 1 metro aproximado de altura y con una flor morada similar a un diente de León y unas pequeñas hojas que le dan un aspecto similar al de un helecho. Se muestra como única en su especie. SE MUEVE.
Sus pequeñas hojas, formadas por dos pares de pinnas que contienen de 15-25 pares de folíolos lineares, tienen la asombrosa cualidad de encogerse al ser tocadas. Se trata de un mecanismo de defensa ante depredadores, dado que al encogerse sus hojas de forma masiva parece una planta mustia con no muy buen aspecto. Igualmente sirve de rechazo de insectos dado que la reacción es inmediata y sorprendente. Debido a esta peculiar cualidad recibe multitud de nombres: sensitiva, vergonzosa, dormilona etc...Yo tuve la oportunidad de contemplarla y "tocarla" en el Jardín botánico de Madrid, pero tengo entendido que se puede cultivar con relativa facilidad. Os dejo un pequeño vídeo con su reacción.