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Aunque en los años 50 hubo algunos intentos de recuperar la minería en la Bodera, no se pusieron en práctica. Así en lugares del término municipal, se concedieron licencias administrativas para la apertura de minas, que se quedaron en el papel: en 1.946 de explotación de arsénico en la mina “Natividad”, y en 1.952 para explotación de pirita en ”Vitin primera”.
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Hoy quedan restos muy significativos de las minas “San José”, “San Joaquín” y “San Enrique”. Pozos accesibles, ruinas de instalaciones y viviendas, así como escombreras de buen tamaño que nos hablan de su importancia. En 2.010 se hizo una prospección por espeleólogos experimentados que lo confirmaron.
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A orillas del río Cañamares se localizan otros restos interesantes, como la boca de acceso a la mina “la Unión de los 10 obreros”, en buen estado, ya en el término de Robledo de Corpes. Ruinas de pozos y edificaciones de “La Carolina”, así como escombreras de la mina “Tirolesa”. Además de múltiples pozos y calicatas (catas de baja profundidad) en todo el término de La Bodera.
¿El futuro? Dado el estado de conservación de instalaciones, bocas e interior de algunas minas (de lo mejor de Castilla La Mancha), su futuro pasa por el turismo cultural, poniendo en valor este importante patrimonio minero. Máxime cuando se halla en un entorno natural de gran belleza y con buenos accesos.
Lar-ami
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