El día siete de mayo, en plena efervescencia de quiebras, rescates, fondos y déficits rampantes derivados de la crisis, la bolsa de Nueva York amenazó casi en un abrir y cerrar de ojos, quince minutos, con hacer caer el frágil edificio de la economía mundial. En esos quince minutos de sorpresa y caída la bolsa perdió un 9% hasta acabar el día con solo una pérdida del 3,2%, también importante pero más acorde con los tiempos que vivimos. Fue la mayor caída instantánea desde el crack de la bolsa de 1987.
Un broker equivocadamente tecleó "billones" en vez de "millones" y con ello hizo derrumbarse la bolsa neoyorquina, el corazón de la economía mundial. La bolsa se recuperó casi inmediatamente pero ese hecho, esa "apnea económica instantánea" en tiempos de crisis sirvió para que alguien hiciera fortuna y, muy probablemente, algunos otros perdieran gruesas cantidades todo ello por un error.
La causa de todo ello, además del error humano, está en la gran cantidad de operaciones automáticas con "stop losses", venta automática para evitar pérdidas mayores, de grandes fondos que existen en el mercado. De manera que por ese error conjugado con la actuación automática se pudo haber dado un cataclismo económico que solo la agilidad y la inverosimilitud de la situación permitió que se recuperara pero aún así el pánico, por la situciión de Grecia, por la crisis, por el propio carácter "cobarde" del dinero, planeó y mantuvo en vilo a la mayor bolsa del mundo y con ella a todos los mercados del planeta.
En un tiempo donde los debates para una mayor regulación de los mercados, de los productos financieros, incluso de la fiscalidad de éstos está en boca de tocos y donde el déficit de los países dejará de ser un asunto interno yque se discutirá en foros internacionales parece que esta "grieta" en el sistema asusta. No solo por la posibilidad de accidente sino porque puede haber sabotajes, un verdadero terrorismo económico, o simplemente el chantaje o posibilidad de negocio de quien cruza las ofertas con las demandas en este mundo global. ¿Podemos permitirnos ese colapso económico?
Lo sucedido me recuerda, en parte, a aquella película antigua "Juegos de guerra" donde un niño /hacker con ganas de romper barreras de seguridad es capaz de entrar en el Pentágono y crear una guerra virtual que, al final, acababa convirtiéndose en real. ¿Estamos en esa situación?. Además de los fantasmas propios de la imperfección de los mercados estamos sujetos a la posibilidad de juegos que pueden acabar con fortunas, empresas, puestos de trabajo, ilusiones.
Creo que es momento de pensarse una verdadera revolución en el sistema capitalista de mercado para evitar que la propia evolución de éste, la que ha creado la crísis y sus consecuencias, aumente y acabe convirtiéndose en un lastre para el desarrollo y la mejora más que el motor que puede generarlo. En otras palabras que errores más o menos voluntarios, operaciones automáticas y el miedo propio del dinero, material volátil donde los haya, acaba haciéndonos aún más esclavos, más dependientes, más cobardes y más hipotecados en nuestras intenciones y decisiones que lo que ya somos hoy.
Economías, capitalismos, sustos y sueños. Recuerdos del día de mañana.
Imagen: http://www.libertaddigital.com/economia/montana-rusa-en-wall-street-cae-al-9-y-se-recupera-en-15-minutos-1276392069/
Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.