Written by valedeoro // 12/11/2012 // minimalismo // No comments
En menos de dos semanas estaré volando hacia mi nuevo destino, dejando atrás a mi querida Barcelona tras casi cinco años de recuerdos. Llevaré mi equipaje de mano, para empezar mi nueva vida de la forma más liviana posible. Y para ello, toca revisar nuevamente todo lo que tengo y desprenderme de más cosas.
Necesidades de una nueva vida
Las mudanzas son la oportunidad perfecta para revisar tus pertenencias y decidir qué irá contigo a tu nueva vida. Como ya sabrás las dimensiones y requerimientos de tu nuevo piso, puedes tomar las decisiones mucho antes de la mudanza (si quieres saber más, descárgate la guía de la mudanza minimalista).
La situación cambia cuando no sabes cuáles serán las circunstancias de tu nueva vida. Estaré viajando inicialmente. No sé ni dónde ni cuándo voy a asentarme de nuevo para construir una nueva base. Quizás me canso en tres semanas y me busco un piso, quizás me quedo viajando durante meses sin necesidad de tener un lugar fijo. Como no quiero arrastrar conmigo una maleta enorme, tendré que reducir mis a lo que cabe en mi mochila. Por lo menos sé que me estaré moviendo en climas más bien cálidos, así que no hace falta llevar el polar.
Ante la duda, no se queda
Al revisar mi casa para decidir qué se va y qué se queda, esta vez excluyo la categoría “quizás”. La más mínima duda ya define que este objeto no se quedará conmigo. Después hay algunas cosas que tengo que mantener, pero que no necesitaré. Documentos oficiales como mi título de la universidad, la declaración de la renta del año pasado, y algunas prendas de invierno. Gracias a una amiga, tengo donde dejar una caja con este tipo de contenido. Todo lo demás, o lo llevo en mi espaldas, o entra en la fiesta de despedida como obsequio para los invitados.
Lo más difícil, como siempre, es la ropa, y todavía no he hecho la selección final. Iré con un vestido versátil de MimetikBCN y un vestido personalizado que me regalo la directora de Ropantic. Lo demás serán accesorios para poder variar. Todavía tendré algunas batallas conmigo misma para reducir la ropa a lo mínimo (y mostraros las fotos).
Date tiempo para despedirte
Faltan 10 días, pero me alegro de tener este tiempo para irme despidiendo poco a poco de las cosas que me rodean, de los lugares que me hicieron feliz, de la gente con las que he compartido momentos bonitos y también difíciles. Soy más desprendida que mucha gente que conozco, y sin embargo, las despedidas a mi también me resultan difíciles. Pero detrás de la despedida, veo las oportunidades. Por cada cosa que vendo o regalo, se abre una nueva puerta y un nuevo camino, literalmente.
Si quieres desprenderte de lo superfluo en tu vida, hazlo despacito para saborear el cambio y abrir los brazos a las nuevas sensaciones. ¿Quién sabe a dónde te va llevar?