Mirta Cwirko nació y estudió en Córdoba, Argentina. Su cuidada formación académica le permitió transformarse y adaptar su paleta a la influencia del medio.
Ella misma advierte que su pintura cambió cuando se mudó a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.
Se recibió de profesora en artes plásticas en la escuela de Bellas Artes Dr. José Figueroa Alcorta de la ciudad de Córdoba. Desde 1989 reside en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
La temática de sus telas tiene que ver con las mujeres de la zona tropical de Bolivia, el Oriente, zona de la selva de clima abrasador que permite acentuar su paleta con colores luminosos, que se manifiesta en los vestidos leves y claros de las mujeres, indumetaria contraria a las mujeres del altiplano, donde el clima frio las obliga a envolverse con pesadas vestimentas y colores terrosos. Sus protagonistas aparecen rodeadas de flores, recostadas o sentadas sobre una silla, con atuendos coloridos, el rostro encuadrado con el cabello y un cuello estilizado a la manera de Amadeo Modigliani.
Hay obras donde el fondo es neutro, para destacar la cara de la mujer, con grandes ojos nostálgicos, ojos que le hacen acordar a su abuela polaca, pues ella dice "no pueden faltar en mis cuadros mujeres de ojos grandes y mirada expresiva, no podría trabajar con miradas indolentes, sin vida y con sentimientos malos" En su muestra Coquettes ha incluido maniquíes que se distinguen por sus amplias faldas y capelinas adornadas con flores, el sombrero oculta el fisonomía de la mujer
Julio Visquerra, al igual que Cwirko también pinta mujeres, ambas protagonistas pertenecen a una zona de clima cálido .Mientras Las Caribeñas de Julio sobresalen por su sensualidad, las de Mirta realzan la ternura y maternidad, pues como ella afirma "Mi genero también está representado a través de la Virgen María, ese ser de luz que nos protege. Ella siempre nos genera una paz especial en el alma y esa paz es la que necesitamos todos"
Algunos autores la han incluido en el arte naif por la temática y el colorido de sus obras, no por la técnica pues esta es el resultado de sus estudios académicos que le permite elegir, mezclar y acentuar los colores de acuerdo a la imagen, realzando luces y sombras. Dejó los tonos ocres y pálidos de Argentina para convertirlos en colores intensos; a veces puros, efectistas, pero sin agresión; colores pausados, tranquilos, sin intimidar, con un acercamiento al estilo fauvista, pero con mayor ternura y calidez. Mirta afirma "me siento colorista, en mi caso que soy figurativa cuido que en mi obra haya equilibrio entre forma y espacios, tonalidades y perspectivas visuales, para ello empleo colores puros, complementarios, fríos cálidos".
En sus obras hay soledad pero no tristeza. Ha destacado especialmente el cuerpo de las mujeres con un volumen incipiente, quizás símbolo de la fecundidad. Flores, plantas y frutos de variado colorido, reflejo del entorno del lugar, acompañan a las figuras femeninas y establecen un complemento con sus cuerpos.
Su obra de notable éxito en Bolivia fue acreedora desde 1985 a premios en pinturas, esculturas, diseño gráfico, tanto en Bolivia como en Argentina.
Alicia Estela Beltramini ZubiriMoisés Villèlia: la fragilidad de la escultura