Mis autores: J.R.R. Tolkien.

¿Qué significa Tolkien para mí? Una manera de vivir, un referente, una lucha constante por levantar el estandarte de la creación, de la imaginación. La literatura necesitaba alguien como él, alguien capaz de crear un mundo y hacerlo atemporal. Hoy en día es una lectura obligada, y por algo será.
Quizás la Tierra Media empiece a sufrir las heridas del tiempo, quizás esté envejeciendo. Sin duda, como escritores que somos, nos debemos a ir un paso más allá. Lo que sí está claro es que este señor nos indicó hacia dónde ir. Nos marcó el camino.
De pequeño disfruté con El Hobbit. Sentí miedo y ansias de aventuras. Lo devoré en dos días, y gracias a esta gran aventura descubrí uno de los mayores placeres del ser humano: la imaginación. Así que para mí Tolkien es el principio de todo. El principio de un abusivo lector, el principio de un voluntarioso escritor, el principio de un entusiasta de la literatura fantástica. El nacimiento de un soñador.
A Tolkien sólo le puedo dar las gracias. Por todo.
Poco se puede decir que no se halla dicho ya sobre este magnífico autor, sin embargo aquí pretendemos tan sólo recordarlo, ocupando un pequeño espacio.
John Ronald Reuel Tolkien, más conocido como J.R.R. Tolkien, es posiblemente uno de los grandes universales de la historia y, con toda seguridad el escritor más notable y popular de mitades del siglo XX. Todo aquel que se ha visto sumergido en el mundo de la fantasía ha usado a Tolkien como llave maestra para abrir la puerta a la Tierra Media y, en consecuencia, a la imaginación.
Autor de "El Hobbit", "El señor de los anillos", "El Silmarillion", "Las aventuras de Tom Bombadil", "Los hijos de Húrin", "Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media", "El libro de los cuentos perdidos", "La leyenda de Sigurd y Gudrun", ... consigue crear a lo largo de toda su vida literaria un mundo nuevo y preciso que se ha convertido, por derecho propio, en eterno. Gracias a su extensa biografía, creó una mitología fantástica de la que su querida Inglaterra carecía hasta entonces. Para ello empleó elementos mitológicos de origen nórdico, y los modificó a sus gustos. Así nacieron los elfos, enanos, hombres árbol, orcos, wargos, hobbits,...
Dos palabras definen su bibliografia y su estilo: imaginación y detallismo. La mente de Tolkien desborda creatividad. Siempre influenciado por la mitología nórdica (se dice que estaba obsesionado con el poema épico anglosajón "Beowulf"), es inevitable observar paralelismos evidentes en sus personajes e hilos argumentales. Sin embargo, eso no desvirtúa su imaginación basta, pues logra crear un mundo absolutamente verídico a través del detalle. Capaz de crear un presente, un pasado y un futuro que no existen, lo adereza con lenguajes inventados, batallas legendarias, héroes de epopeya y criaturas del inframundo. Personajes imaginarios que se hacen realidad, descripciones maravillosas de paisajes igual de maravillosos, dolor, amor, esperanza, odio, duda, condición humana, inmortalidad, ...
Tolkien es esto y mucho más, el padre de la fantasía épica, un creador, amo y señor de infinitas horas de placer de lectura que, generación tras generación, siguen soñando con la caída de los elfos y el anillo de poder.