Hay cosas que te hacen sentir verguenza y fastidio. De lo que el mundo es y hace...
Me disculpo con el mundo entero en nombre de Guatemala, quizá nadie ha recordado hacerlo, pero cuando alguien ahoga en ríos de sangre humanista la misma tierra en que naciste, no puedes evitar que tu rostro tome el color de esa misma sange. Pena ajena?... o propia, tan propia como esa filosofía forzada al silencio, por lo menos en una de sus voces.
Vergüenza también, por aquellos que piensan que en nuestro tiempo, en nuestra tierra, un cuerpo más no hace diferencia, no tiene importancia:
-- "qué tiene de importante este hombre, no es uno más como los que mueren todos los días?, aquellos por los que no sientes un poco de pena, su muerte no me hace más pobre, su vida no me hacía más rico, por qué he de extrañar su existencia".
-- Insensato, miserable y superficial criatura!. Que no puedes ver que hay muchos tipos de riqueza?. Está el dinero, pero también está la alegría y el conocimiento.
Cualquier hombre, no importa cuan falto de luces, puede, en principio y dependiendo de cuanto daño esté dispuesto a hacer, llegar a amasar enormes fortunas para sí y para los que le rodean; pero qué se necesita para brindar otros tipos de riqueza?...
Esa es la razón por la cual deberías lamentar la muerte de este hombre, por aquella misteriosa capacidad que tenía su corazón para llenar de alegría al tuyo.
Y el 24 de febrero de 1954, un vagabundo me recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo. Corrí a escribir una canción de cuna, Vuele bajo, y empezó todo.