Con todas sus imperfecciones, esta película de Pedro Olea sigue siendo la más solvente traslación a la pantalla de la literatura de Arturo Pérez-Reverte, poco afortunada por lo general en sus viajes al cine. Este fragmento en particular muestra además cierto carácter premonitorio, y revela el hecho de que tal vez las movilizaciones ciudadana de la Puerta del Sol, con todo lo que han traído después, provengan de algo más allá de donde pensábamos. Concretamente de La Gloriosa.