El vestuario, la escenografía, el exquisito trabajo de dirección de Fellini, la maravillosa banda sonora o la excelsa interpretación de Donald Sutherland son motivos más que suficientes para deleitarse con esta exigente visión el periplo vital del inmortal Giacomo Casanova dirigida por Federico Fellini en 1976. Esta secuencia en particular, maneja sutiles pero profundas referencias cruzadas que conectan la trayectoria vital del personaje con su época. Y casi sin palabras. Puro cine.