- Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.
Frase inolvidable para toda una generación que tiene a La princesa prometida (The princess bride, Rob Reiner, 1987) como uno de sus referentes infantiles o juveniles.
El desenlace de la secuencia no se lo cree ni él, pero, ¿qué más da? ¿Es que acaso no es todo posible en los cuentos?