Mis hijos, ¿entienden lo que leen?

La lectura, es una de las más apasionantes actividades que el ser humano puede realizar. Gracias a la lectura, podemos viajar, vivir experiencias fantásticas e idílicas, relacionarnos con más gente y por supuesto. La lectura, es el pilar básico del aprendizaje. Es muy importante, que los niños desde muy pequeños, adquieran una serie de hábitos. Que si conseguimos trasmitir. Le durarán el resto de su vida. Y la lectura, pasará a ser un hobby. Aunque es muy importante, que los niños, no solo tengan conciencia de leer. Sino que además debemos de trabajar, su capacidad de comprensión lectora. Algo de lo que siempre nos olvidamos cuando hablamos de la lectura en los niños.

¿Cómo leen los niños?

Es muy curioso, pero recientes estudios a nivel mundial. Nos indican que prácticamente un 80% de los niños que llevan leyendo más de 5 años. Tienen muchos problemas para conseguir comprender y retener la información que reciben leyendo. Pero, esto no es solo un problema de los niños. Ya que entre los adultos encontramos unos porcentajes muy similares.

El problema es que no sabemos leer. La mayoría de las veces, lo hacemos por hacer y sin ningún interés. Y si además le sumamos la falta de atención que caracteriza a las últimas generaciones. Tenemos una bomba de relojería.

Todo el día estamos hablando de lo importante que es inculcar unos hábitos de lectura en

los niños. Pero, siempre nos olvidamos de algo tan importe como eso. El aprender a leer. No solo a unir las letras para poder pronunciar las palabras escritas. Sino a comprender y retener la información interesante del texto. La discriminación de la lectura, (ignorar de forma inconsciente la información irrelevante del libro) es algo que se aprende y se adquiere con la practica. Pero para conseguirlo debemos dedicarle mucho tiempo y apoyar a nuestro niño en el camino.

Cuando hablamos de comprensión lectora, debemos diferenciar un par de puntos importantes, que son los que marcarán el entendimiento. Nos referimos, al tipo de texto. Desde luego no será lo mismo, leer una novela de ficción, que leer unos apuntes de matemáticas o de historia, o leer un artículo de actualidad…

Según lo que estemos leyendo, debemos extraer una información. Por ejemplo cuando estamos estudiando una asignatura. Será bueno que leamos el texto varias veces. Ya que pretendemos retener y memorizar una información nueva. Frente a las novelas, en las que el niño debe entender el contexto de la historia, pero a la vez, podremos obviar mucha de la información que nos dan.

La comprensión lectora, es una habilidad que debemos trabajar desde que comenzamos con las fichas de lectoescritura. Ya que si sentamos las bases correctamente, con el tiempo y cuanto más lea el niño. Más fuerza tendrá el niño para entender todo lo que lee. Independientemente de lo que sea.

Una de las mejores actividades que los niños pueden hacer desde muy pequeñitos es

resumir. No hace falta ni que hayan leído algo. Cuando acaben de ver una película, pídeles que te la cuenten. Esto hace que el niño tenga que pensar y sacar las ideas que más importantes considera. Según va resumiendo, puedes hacerle preguntas para que se de cuenta de cosas que debería haber dado más importancia y no ha hecho. Lo mismo con cosas que no tienen ninguna relevancia. Para que sea capaz de discernir. Esta actividad, no solo es muy útil para trabajar la comprensión lectora del niño. Sino que además, será vital para que el niño aprenda a expresarse y a escribir de una forma más correcta.

Un dato que nos inquieta, es que actualmente, la gran mayoría de los niños con fracaso escolar, tienen problemas al entender los textos. En otra ocasión, veremos consejos que podemos aplicar para mejorar la lectura de los niños. Tanto para estudiar como para leer por diversión.

Tengamos en cuenta que si sentamos las bases de la lectura desde muy pequeño. Lo que estamos haciendo, es facilitarle absolutamente todos los estudios. Un niño que comprende correctamente lo que lee, necesita una cuarta parte del tiempo, que emplea un niño que no tiene esta habilidad. Además, por mucho que se esfuerce un niño que le cuesta comprender lo que está leyendo. Nunca podrá obtener los mismos resultados que tiene un niño con una gran capacidad lectora.