30 semanas, ¡madre mía!, me parece increíble. Todavía recuerdo como si fuera ayer aquel 25 de marzo a las 5 de la mañana (porque no podía dormir más), con el Clearblue en un hotel de Santander. Aquel “Embarazada 1-2” era algo que llevaba esperando 20 meses, y ahora aquí estoy en la cuenta atrás para poder abrazar por fin a Inés. Pienso todo lo que hemos pasado en ese tiempo y no puedo evitar emocionarme, ahora estamos llegando al final del camino, para comenzar una etapa preciosa, la de completar nuestra familia.
Cuando miro hacia delante me parece que todavía falta mucho para tener a Inés en casa, pero si miro hacia detrás me doy cuenta de que estos 7 meses han pasado volando. No tiene nada que ver el primer embarazo con el segundo, en el primero te pasas el día pensando en ello, en el segundo tienes a otra personita que depende de ti y que hace que las semanas pasen volando sin casi darte cuenta.
Estoy teniendo la grandísima suerte de comprobar que dos embarazos no tienen porqué ser iguales: con Álvaro tuve contracciones desde la semana 17, ahora tengo sí, pero son sueltas. Ha habido un par de semanas (la 21 y la 27) en las que tuve episodios de contracciones bastante fuertes y continuos durante unos cuantos días y…hablando claro: me cagué de miedo, pero quedó sólo en eso, pequeños sustos, y todo ha evolucionado correctamente hasta la fecha.
Alvaro tuvo Cir, fue por un problema de placenta que no vieron hasta después de dar a luz, pero ahora parece ser que Inés, por lo menos hasta la fecha va creciendo bien.
Tenía mucho miedo al principio pues al fin y al cabo si la primera experiencia es mala o difícil (diré difícil porque al final todo salió bien y Alvaro nació sanito que es lo importante) te parece que no vas a poder conocer nada parecido. Para mi un embarazo en el que todo fuera bien era una auténtica utopía y ahora tengo la suerte de estar viviéndolo, y la seguridad de que esta vez si, todo va a ir bien hasta el final.
Hay grandes diferencias del primer embarazo al segundo, la principal es que tienes otro hijo y lo de descansar está caro, por lo menos lo ha estado durante todo el verano, ahora que ha vuelto al cole es otra cosica. Llevo un par de semanas muy liada con los últimos preparativos del II Congreso para Familias “Viviendo con Peques”, pero a partir del lunes podré volver a saber lo que es descansar de nuevo algún ratito y volveré al deporte en el embarazo que lo tengo muy abandonado. Estas últimas 10 semanas quieron volver a andar a diario y apuntarme a la piscina climatizada a la que ir a nadar uno o dos días por semana; además el lunes 26 empiezo las clases preparto y nos espera un mes lleno de últimos preparativos, pues quiero que cuando llegue noviembre, que ya serán 36 semanas, tengamos todo listo para disfrutar del final del embarazo y tomármelo con calma hasta que Inés decida que es hora de salir de la tripota y reunirse con nosotros para que podamos achucharla, que lo estamos deseando, incluido su hermanito al que la espera ya se le empieza a hacer un poco larga.
Hace diez semanas os escribía mis impresiones a mitad del embarazo, si os apetece podéis leerlas aquí; hoy os dejo las de la semana 30 y no sé si podré dejaros las de la semana 40 o Inés habrá decidido nacer antes. De momento os dejo la comparativa de la semana 20 a la 30 en imagen que como veis es bastante significativa…
Para ser el segundo embarazo la tripa tardó en salir, fue a partir de la semana 20 que empezó a crecer más y ahora ya no para, todavía quedan 10 semanas así que me da que me voy a poner enoooorme
Y por hoy os dejo, la semana que viene más y mejor
Por cierto…¡feliz comienzo de otoño!