El cine alberga bastantes géneros, de ahí que siempre haya algunos por los que sintamos predilección y otros los dejemos un poco de lado. No significa que sean malos o inferiores a los que consideramos más interesantes, simplemente los relegamos a un segundo plano por motivos personales. Hace un tiempo pensé en el musical, uno que junto al Western tuvo su época dorada y que en la actualidad está en horas bajas. Ya que si antes la producción de dichos films era prolífica, ahora es más bien anecdótica. “Dreamgirls”, “Chicago”, “Mouling Rouge” o “Hairspay” serían algunos de los musicales que se han rodado en los últimos años. Una lista bien cortita si lo comparamos con la oferta que hubo hace algunas décadas.
Pensé en hacer una lista, muy escueta, de mis películas preferidas sobre ese género, el musical, que sin ser mi preferido si hay algunas películas que tiene su hueco en mi videoteca. Mención aparte, aunque no salgan en las películas que voy a nombrar, merecerían algunos reyes como Gene Kelly o Fred Astaire, auténticos maestros que deleitaron al mundo entero con su domino del baile. Así como películas que son superiores a las que voy a mencionar, siendo de obligado visionado, pero que realmente no tienen cabida en esta lista por una simple razón. No son las que me vienen inmediatamente a la mente cuando me nombran el género musical (y eso que “Cantando Bajo la Lluvia” es genial e irrepetible). Es lo que tienen las listas “personales”, ¿verdad?.
Así que sin más dilación entro en materia. Avisando antes de que el orden de las mismas no indica que me guste una más que otra, simplemente han ido surgiendo espontáneamente.
“West Side Story“ es ni más ni menos que una versión de Romeo y Julieta llevada a uno de los barrios más conocidos de los Estados Unidos. Donde los bandas callejeras hacían de las suyas y se repartían el territorio. Sus números de baile, su coreografía, sus canciones, todo perfecto. Posiblemente uno de los mejores musicales americanos de todos los tiempos. Lo que peor soporto es la ñoñez que desprenden los dos protagonistas (y eso que Natalie Wood siempre me ha encantado), pero sus personajes eran así. Una de las cosas más graciosas de este género es que hay películas musicales donde lo irreal te pega un bofetón en plena cara, aunque sea un requisito imprescindible para que todo funcione. Me refiero a que de buenas a primeras alguien se marca un baile a las primeras de cambio, todo el mundo sabe bailar a la perfección (así como si se trata de cantar) y si hay un grupo de personas todos mantienen una perfección inusitada en cuanto al ritmo y coordinación. No es que esté haciendo una crítica de eso, porque el sentido de una película musical se basa precisamente en esa serie de normas no escritas, pero no me negareis que tiene su punto curioso si lo trasladamos a la realidad en la que vivimos. Vamos, que no me imagino ir a comprar el pan y ver un grupo de personas en el supermercado ponerse a bailar y cantar acercándose a mí.
“My Fair Lady“. Uno (si no el que más) de los rostros más bellos de las historia del cine protagonizó un musical con Rex Harrison. Y es que Audrey Hepburn siempre será recordada en esta película por su canción “La Lluvia en Sevilla es una Maravilla”. La película trata de una mujer de la calle, una mendiga, que acaba siendo objeto de una apuesta. En ella acaba convirtiéndose en una culta y educada mujer, con dotes para el baile y la canción, todo sea dicho. Lo peor, para mí, ese final machista y retrógada. Quizás bien visto en aquellos años, aunque siempre me ha producido sarpullidos desde siempre.
“All That Jazz“. Genial Roy Sheider. Probablemente uno de sus mejores papeles, junto a “Tiburón”. Un coreógrafo con un estrés incomensurable que saca fuerzas de donde puede para seguir adelante. Los números musicales son de una genialidad fuera de toda duda. Si a eso sumamos una banda sonora perfecta, apaga y vámonos. Scheider se mueve como pez en el agua en un género difícil, sobre todo si no has tenido las tablas suficientes en ese aspecto. Al final todo acaba en una vorágine de sentimientos que envuelve al espectador hacia el climax final. Imperdonable no verla, aunque no te guste el género musical.
“El Violinista en el Tejado“. Otra gran película musical. En esta ocasión protagonizada por Topol (un actor que será recordado prácticamente por esta película) y con escenas que se quedan en la retina por su gran calidad artística. La banda sonora, así como los números musicales llegan a poner la carne de gallina. Y es que hablamos de una película de sentimientos, de ideas enfrentadas, donde el conflicto se intenta superar con algo muy escaso en estos tiempos, el razonamiento. ¿La canción que pasará a la historia? “Si Yo Fuera Rico”.
Fdo: Snake