Película favorita: ¡Qué bello es vivir!
Películas me gustan tantas que me resulta difícil escoger, así que me "acojo" a las fiestas navideñas para seleccionar un clásico de Frank Capra que me encanta ver todas las Navidades. No concibo estas fiestas sin ver a James Stewart recorriendo desconcertado las calles de Pottersville o ese precioso final en el que toda la ciudad da dinero para salvar el negocio de George Bailey o cuando por fin el ángel Clarence consigue sus alas. Para mí, imprescindible.Serie favorita: Los Simpson
Como veo unas cuantas series, me resulta difícil escoger una. Así que me quedo con esta irreverente familia, a la que sigo desde hace cientos de años y que además tiene unos cuantos episodios navideños muy emblemáticos. No sé cuál me gusta más: el de cuando Bart quema los regalos y el árbol de Navidad y dice que ha sido un ladrón o cuando Homer y Bart recogen a Pequeño Ayudante de Santa Claus en las carreras, por poner dos ejemplos.Comida favorita: Cordero asado
Vale, no es mi comida favorita. En realidad, mi comida favorita es la italiana. Me gusta la pasta de todas las formas posibles y la pizza y el tiramisú... Pero, en estas fechas, me quedo con el cordero asado con patatas y cebolla que hace mi padre el día de Navidad.
Remanso de paz: La sierra
Paz, paz en estas fechas... pues sólo en los villancicos, porque es un no parar, igual que la vida en la ciudad. Por eso me encanta ir a la casa de mis suegros en un precioso pueblo al pie de las montañas. Allí el paisaje es bonito, el ruido es sustituido por el canto de los pájaros y las risas de mis hijos, no hay prisas, no hay internet y se come de miedo. ¿Qué más se puede pedir? Ah, y un año celebramos allí la Nochebuena. Muy bonito, con las montañas nevadas, la chimenea encendida... Vamos, de cuento, pero a la mañana siguiente nos tocó salir disparados para estar en Navidad con mi familia.Recuerdo de la infancia: Poniendo el belén en casa de mi abuela
Mi marido y yo sólo ponemos un misterio y un pequeño belén para los niños (en la foto), pero mi abuela tenía un bonito belén que era digno de exposición. Ocupaba un lateral completo de la habitación y tenía de todo: además del portal, tenía río, lago, montañas, casas, molino, puente, el castillo de Herodes y decenas de figuritas (pastores, lavanderas, comerciantes, posaderos, soldados, animales...). Poner el belén era una fiesta. Mi hermano y yo íbamos todos los años. Mi abuela y mi tía ya habían hecho el trabajo grande (montar las mesas y el decorado, los caminos y la hierba con serrín de colores, las montañas, el papel imitando el cielo en la pared... todo) y ya sólo quedaba colocar las figuras, la estrella y nevar el belén. Era divertidísimo y luego teníamos comida especial y cine. Un día perfecto.
Invitar a otro blog: Pues voy a invitar a un blog que he conocido recientemente, pero que me ha gustado mucho: Mis chicos y yo. ¡Espero que te apetezca hacerlo!
