El marido no conocerá ningún cambio permanente hasta que se ponga a estudiar la Palabra de Dios – toda ella. Muchos ojean las páginas de la Biblia, como si estuvieran haciendo selecciones en un bufet. Pero nuestra responsabilidad es instruirnos en todo el consejo de Dios (Hech. 20:27). Para cabezas de familia, es claro que este estudio tiene que incluir el tema de la deuda y las finanzas. Sin embargo, muchos Cristianos responden que desean soluciones bíblicas de sus problemas, pero que no tienen tiempo para estudiar la Biblia. Esto no es nada más que tontería rebelde. Todos nosotros, seamos como seamos, tenemos que vivir y morir conforme a la Palabra.

