La búsqueda de todo héroe debe comenzar por algo que un héroe requiere, un malvado. Por lo tanto, en la búsqueda de nuestro héroe, Belerofonte, hemos creado un monstruo… Quimera.
Sean mejores o peores, toda saga de películas es hasta su conclusión una maquinaria bien engrasada para generar grandes cantidades de dinero en beneficios. Hace casi veinte años, Brian de Palma dirigía la primera de la franquicia Misión Imposible, que recordemos fue antes una serie de televisión en los años 60’ que Bruce Geller puso en marcha. El guion del filme corrió a cargo de dos pesos pesados de la industria de Hollywood: Robert Towne y David Koepp. Lejos de tocar a su fin, para bien o para mal, esta saga aún tiene mucho que decir, pues dudo que Tom Cruise decida poner punto y final a la misma cuando el año que viene vea la luz la quinta entrega, que dirige Christopher McQuarrie (ya dirigió a Cruise en Jack Reacher y fue el guionista de la sublime Sospechosos Habituales).
Robert Towne, guionista también de Chinatown (Oscar al Mejor Guion Original), repetiría, esta vez en solitario, en Misión: Imposible – 2 (M:I-2). El punto de partida desde el que se desencadena toda la trama, si bien pecaba de una simpleza colosal (un virus letal, un antivirus, un malo maloso (Dougray Scott) que pretende hacer fortuna con él aunque sea acabando con el personal, una chica mona (Thandie Newton) y Tom Cruise haciendo de lo que mejor sabe, de Tom Cruise o, lo que es lo mismo, como salvador absoluto de la función), permitió a su director, el hongkonés de origen chino John Woo, exhibir todo su potencial en las escenas de acción. La cámara lenta es su seña de identidad… y las palomas también jaj. Precisamente, si analizamos la película desde el punto de vista del entretenimiento, el resultado no puede ser más satisfactorio, pues tiene un sentido del espectáculo importante. Como producto netamente cinematográfico, la cosa cambia de manera radical. Cómo no olvidar esa mezcolanza sin igual de la Semana Santa sevillana, las Fallas y hasta los Sanfermines en un cocktail explosivo.
En lo que a la banda sonora se refiere, Hans Zimmer recogía el testigo que había dejado Danny Elfman, quien había arreglado magistralmente el tema principal de la banda sonora de la serie, que todos hemos escuchado cientos de veces y que fue compuesto por Lalo Schifrin. Si el compositor fetiche de Tim Burton no se complicó para nada la vida y creó una partitura para Misión Imposible muy digna, el germano no estuvo a la altura de las circunstancias. Te guste o no (y yo confieso que me encanta), lo que no admite discusión es que Zimmer se excedió de mala manera con el uso de los arreglos electrónicos, dotando al tema principal de una sonoridad de lo más cañera y nunca antes vista. Por el contrario, hay dos tracks dignos de mención por su bella factura: uno es Nyah and Ethan y el otro es el que escuchamos justo al final de la película: Mission: Accomplished; en ambos, los acordes de una guitarra. También podemos escuchar la guitarra en Nyah [Film Version], concretamente la del brasileño Heitor Pereira, que le da un toque aflamencado. De todos modos, yo he querido destacar aquí el tema Injection en el que tras Gladiator, que se había estrenado en nuestro país apenas mes y pico antes, Hans Zimmer volvía a contar con la colaboración de Lisa Gerrard. Es escuchar sus primeros compases y ya tengo en mi cabeza la escena de la película en la que podemos disfrutar de esta pieza que recuerda, precisamente, a la de Gladiator.
Ethan a Nyah: …Tú sigue con vida, te juro que no te abandonaré…
Ahora… sin el poder de las imágenes, lo que no le hace perder ni un ápice de emotividad. Fuerza, una declaración de amor eterno, entrega, sacrificio, coraje ante la adversidad; todo eso es Injection. Los vellos de punta…
Otras versiones (todas a piano)
Olivier Fourniol
Jacob Barker
Laurent Fenouil
Mark Fowler