Es justo reconocer que el plástico es una de las invenciones modernas que más nos ha hecho avanzar debido, principalmente, a una combinación de características que difícilmente se encuentran en otros materiales: alta resistencia a la corrosión, alta resistencia en relación con el peso, alta durabilidad, baja conductividad eléctrica y térmica, baja toxicidad, bajo coste y atractivo visual.
Como consecuencia de ello, los productos realizados con plástico que tenemos a nuestra disposición tienen infinidad de aplicaciones en el sector del embalaje, la construcción, el transporte, la maquinaría, los textiles y los productos eléctricos y electrónicos, entre otros.
Además, cada vez hay una mayor conciencia en que, una vez finalizado el uso del producto realizado con plástico, se puede reutilizar o recuperarse el material gracias al reciclaje.
Con esa esperanza de recuperación solemos observar las 3 flechas que forman un bucle triangular, impresas en sobre relieve en muchos artículos de plástico, y que asociamos la promesa de que este objeto podía ser reciclado.
Sin embargo, la realidad es que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, esta esperanza de reciclado no se produce en una cantidad significativa, salvo los que tienen códigos con números 1 y 2.
Una vez que tenemos nociones básicas para distinguir los distintos materiales plásticos y, aunque es mejor evitar los envases, si es necesario comprar uno, podemos tener en cuenta estas características que facilitan el reciclaje de éstos:
- Mejor envases que no mezclen materiales (incluso distintos tipos de plásticos), porque cuantas más clases de materiales haya que separar, más difícil es reciclarlos.
- Evitar envases con color, especialmente los oscuros, porque interfieren con los sensores de las plantas de reciclaje y pueden limitar los usos posteriores que se le da a ese material.
- Buscar envases con etiquetas que no ocupen más de 1/3 del envase, para que los sensores de las plantas de reciclaje puedan detectar el material correctamente.
A diferencia del baño, el salón pueda parecer libre de plásticos, estos se pueden encontrar en distintos rincones y en los eventos sociales que organizamos en esta estancia.
¿Qué podemos hacer? Aquí tienes unos consejos ecointeligentes:
1. Opta por decoraciones fabricadas con elementos naturales, artesanales o incluso hechas por ti
Prueba a hacer alguna decoración para tu salón o fiesta en casa.
¡Dará un toque único a tu salón!
2. Utiliza ambientadores naturales como velas de cera o quemadores de aceites esenciales en lugar de espray, difusores o productos enchufables fabricados
¡No solo ahorrarás plástico, sino que tendrás menos químicos en el ambiente!
3. Elige mobiliario de materiales naturales, recuperado, de segunda mano o reciclado
Puedes hacerlo tú o buscar en mercadillos y tiendas de artesanía.
Recupera materiales como cajas, maderas, telas o cartones para diseñar decoraciones para fiestas, para navidad o incluso algún elemento de mobiliario.
Por ejemplo, una caja de frutas puede transformarse en un estante o un cesto para los mandos. ¡Hay miles de ideas y tutoriales!
4. Si vas a celebrar alguna fiesta, huye de la vajilla de un solo uso y reutiliza y reinventa las decoraciones que ya tengas.
¡Seguro que las puedes utilizar muchas más veces de las que piensas!
5. Los globos están hechos de plástico y no se reciclan
Si vas a usarlos, elige que sean de látex 100% natural biodegradable.
6. Las plantas del salón, y en general de toda la casa, mejor en macetas de barro o metálicas
En nuestra próxima entrega trataremos de la reducción de plásticos en el armario.
Si te interesa este tema puedes consultar el informe denominada Guía para la reducción de plásticos, publicada por Greenpeace, y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.
El artículo Misión, reducir el plástico en nuestra vida: el salón (3) se publicó primero en ecointeligencia.