Diciembre para muchas personas es el mes más complicados de todos: el cierre del año en el trabajo, los compromisos sociales navideños (lease: un montón de cenas), la caza del regalo perfecto o la elaboración de una sorpresa personal, la preparación de comidas especiales… las expectativas crecen al infinito mientras el número de horas disponibles se queda igual. ¿Cómo vas a pensar en planificar el año que viene bajo estas circunstancias? Mejor dejarlo para otro día.
La cruda realidad es que mañana no tendrás más tiempo que hoy. Y mientras tanto, las decisiones que no has tomado hoy son los obstáculos que encontrarás mañana. Estar ocupada no es un logro en sí, especialmente si no te acerca a tu objetivo.
El mito de que el respeto es resultado del estrés
Este mito es la razón por la que te quedas en el trabajo hasta más tarde, solo para que te vea tu jefe. Es la razón por la que respondes “super estresado” cuando te preguntan que tal vas. Es la razón por la que hablas constantemente de tus sacrificios en vez de resaltar tus experiencias positivas.
Estar estresado se ha convertido en una medalla de honor que vive de la competición enfermiza de ver quién puede aguantar más. Y de repente te das cuenta que el estrés y el estar ocupado se han convertido en el fundamento de tu autoestima. Necesitas que los otros reconozcan lo difícil que es tu vida para sentirte apreciada.
Si el estrés se ha convertido en tu modo de vida, te invito a que pares y definas lo que realmente quieres conseguir con toda esta actividad frenética. Seguramente existen otras formas de acercarte a tu objetivo que te permiten respirar y disfrutar del camino y que no dependan de la valoración que los demás den a tus actividades.
El mito de que eres más productivo cuando tienes estrés
No puedes planificar porque tienes demasiado estrés. Y tienes tanto estrés, porque lo necesitas para ser productivo, ya que te motiva y te empuja a hacer más y mejor. O eso es lo que te cuentas a ti misma para no tener que pensar en el por qué de tus actividades.
Mientras las fechas límite son importantes para acercarte a tus objetivos, el descanso y la reflexión son igual de importante. De hecho, tu cerebro no rendirá al mismo nivel si no le das el tiempo de procesar toda la información recibida durante el día.
Es posible ser productivo sin tanto estrés. Si tienes claro el por qué de tus actividades te será más fácil planificar también los descansos necesarios.
El mito de que los otros son más productivos que tu
A veces da la impresión que la vida es una carrera de productividad que lo ganará la persona que haga más cosas. Hay un grano de verdad en esta percepción: la persona que se mueve más para conseguir sus objetivos, llegará con más facilidad. El problema es que la mayoría de las personas solo se mueven, sin objetivo.
Estar estresado no equivale a sacar adelante tu proyecto, el estrés no equivale a la productividad ni tampoco a la satisfacción. Las quejas de las jornadas larguísimas no equivalen a más resultados y muchas veces ni siquiera te acerca al objetivo.
Esta semana, cuando te sientes estresado, intenta recordar por qué estás haciendo lo que estás haciendo. ¿De qué forma te está ayudando a acercarte a tu objetivo? Si no existe razón convincente, puedes utilizar este tiempo para hacer una pausa y definir qué es lo que quieres conseguir.