Revista En Femenino

Modas absurdas: el collar de bolas

Publicado el 05 enero 2014 por Roales

Si por algo se caracteriza la adolescencia es por una falta de personalidad que raya lo absurdo y esa despersonalización se veía claramente reflejada en las modas de cada año. Recuerdo que cada vez que salía alguna moda especialmente aterradora mi abuela me miraba de arriba a abajo y me preguntaba: ”¿Qué llevas puesto?, ¿así vas a salir a la calle?”

También recuerdo como mi madre sonreía y decía: ”Es la moda de los jóvenes”. Yo pensaba que era un gesto de comprensión, hoy en día sé que era un gesto de resignación.

Sí, hacíamos el ridículo y si alguien no me cree, que mire las últimas fotos de Tuenti si es que lo conserva. Pero Tuenti no fue nuestra peor época, hay una época previa cuyos datos son conservados en Myspace y que han sido enterrados en lo profundo de nuestra memoria.

Hablo de una época aterradora donde se llevaban…¡los collares de bola!

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Sí amigas, todas hemos tenido uno y nos lo hemos puesto en público. Esos collares que se encontraba entre el plástico y el corcho, eran de diferentes tamaños, formas y colores, sobre todo colores. Yo los he visto todos porque siempre hay una amiga que cuando sale algo, se lo compra en todas las formas posibles para años después renegar como si no hubiera mañana.

Recuerdo que los primeros collares eran de un tamaño mediano y fueron avanzando hasta el tamaño de bola gorda, si llevabas un collar de tamaño mediano eras una hortera. También recuerdo haber mantenido esa conversación en el coche con mis padres y mi amiga A.

Ella estaba preocupada porque no tenía un collar que le pegara con una blusa para esa noche…

- Quiero uno naranja, porque el chaleco tiene más naranja que otra cosa – me dijo con la preocupación bailando en sus ojos – le voy a pedir  a mi madre que me compre uno antes de que cierre Fermina.

- Pero si ya tienes uno naranja – le recordé. 

- Sí, pero ese ya no se lleva, ¿cómo voy a ir con eso? Ahora se llevan las bolas gordas.

Mi padre casi se sale del carril cuando escuchó eso y empezó a reírse a carcajada limpia. Hacía mucho eso cuando hablaba con mis amigas así que tampoco le dí importancia.

Una vez superada la moda Betty de Los Picapiedras, llegó la versión elegante: el collar largo de bolas finas. Este avance venía con la ventaja de poder combinar varios collares a la vez para rematar el look. De hecho, tu buen gusto dependía de combinar los dos collares con dos colores de tu atuendo y si querías demostrar poderío necesitabas combinar tres collares. Aunque ahora no os acordéis, eso era todo un arte.

El último crimen hortera se cometió con el collar de colorines, cuya mayor ventaja era que siempre te combinaba con todo.

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Después de esto, la moda pasó definitivamente y todas dejamos de hacer un poco ridículo y optar por los collares de toda la vida.

Lamento decir que ahora se ha puesto de moda unos collares recargados que parecen haber sido vomitados por la Reina de Inglaterra y toda su Corte. Pero no os preocupéis, dentro de unos años escribiré sobre esto…o no, quién sabe porque es lo que tienen las modas: vienen, piensas que te sientan bien, que te gustan para tiempo después ver lo equivocada que estabas.

¡Feliz 2014!


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