Se trata de un modelo decisional sobre localización de escuelas. Permite estructurar la demanda para armar la oferta más eficiente y responder preguntas como si la escuela debe ser solo básica o solo media o básica y media; cuántos cursos debe tener cada nivel; cuántas horas se deben asignar a cada materia, y otros requerimientos", explica el académico.
La ubicación de escuelas, liceos y colegios no solo es importante para un sistema escolar más eficiente y una mayor cobertura: también afecta la calidad de la educación, ya que determina la distribución de recursos en asuntos que van desde la cantidad de alumnos por curso hasta el número de profesores que enseñarán en ellos. Un proyecto liderado por Jorge Amaya, investigador del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile (CMM), busca apoyar la asignación de estos recursos en los establecimientos de educación básica y media a través de una nueva tecnología creada por su equipo.
"Se trata de un modelo decisional sobre localización de escuelas. Permite estructurar la demanda para armar la oferta más eficiente y responder preguntas como si la escuela debe ser solo básica o solo media o básica y media; cuántos cursos debe tener cada nivel; cuántas horas se deben asignar a cada materia, y otros requerimientos", explica el académico.
El grupo ya realizó pilotos en las comunas de Peñalolén y Maipú. Ahora, ganó el fondo Validación y Empaquetamiento basado en I+D, de Corfo, para escalar este proyecto a todo Chile.
El software apoya las decisiones de los sostenedores tomando en cuenta, en primer lugar, indicadores que inciden en la calidad, como el número de niños por curso, las distancias entre las escuelas y las viviendas de los alumnos, las horas que debe tener cada ramo, el número óptimo de profesores por colegio, los límites presupuestarios y otros.
Esos números son cruzados con variables sociales, económicas y demográficas como la población del lugar, la edad de los habitantes, el tamaño de la economía, los niveles de empleo, el crecimiento de determinados sectores de la ciudad, los tiempos de traslados y viajes, etcétera, para estructurar y modelar la demanda por educación.
Así, no es lo mismo tomar decisiones en un barrio emergente, de parejas jóvenes con hijos pequeños que en otro más consolidado, donde las familias tienen hijos adolescentes, por ejemplo. Mientras las primeras necesitarán escuelas básicas, las segundas demandarán liceos.
Estos datos se enlazan con un sistema de información geográfica que permite desplegar en un mapa la información de los colegios y su ubicación, explica Amaya: "Siempre tienes una imagen de lo que está sucediendo: los lugares donde falta y donde hay exceso de competencia. Puedes estudiar escenarios nuevos o futuros y proyectar incluso a 10 años plazo". Esta interfaz la trabajan con una empresa llamada U-Planner, que también comercializa el programa.
El proyecto se desarrollará entre 2016 y 2017. Por la complejidad del número de variables utilizadas y la escala nacional del proyecto, utilizarán el supercomputador más poderoso de Chile, ubicado en el CMM. Además, cuentan con el apoyo del ministerio de Educación chileno para su ejecución. Sin embargo, está la posibilidad de abrirse a otros países, explica Juan Pablo Mena, de U-Planner: "Como el software entrega un gran valor en calidad educativa y cobertura de educación escolar, tiene un gran potencial para el mercado latinoamericano, tanto como para ministerios de educación como para secretarías regionales de educación".