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Modest Cuixart. Alquimismo de la materia y del color

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Modest Cuixart. Alquimismo de la materia y del color

"Como dijo un crítico francés muy importante, "pinta hasta que tu mano derecha piense", la mano, no la cabeza, porqué la mano también piensa, y ha de pensar por sí misma..."
"La vida es un montaje de las imágenes que uno se va construyendo, que tú eliges, que tú escoges, de entre la infinidad".
Arnau Puig Modest Cuixart

Se ha inaugurado recientemente una exposición sobre el pintor catalán Modest Cuixart en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca que lleva el título de Cuixart. Los años cruciales (1955-1966), cuya comisaria es la doctora en Historia del Arte Raquel Medina, especialista en la obra del artista y que dirigió el Taller Cuixart de Barcelona, situado en la calle Montcada, al lado del Museo Picasso, o sea en pleno Barrio Gótico.

En total se muestran unas 70 obras, además de documentales, libros, carteles, cartas manuscritas, entrevistas, reseñas periodísticas, fotografías de la época, catálogos y revistas. Asimismo, se proyecta el cortometraje Permanencia del barroco, dirigido en 1963 por el cineasta Jean-André Fieschi. En él se puede contemplar el proceso de ejecución de sus cuadros de muñecas quemadas.

Modest Cuixart. Alquimismo de la materia y del color

Raquel Medina ha elegido el periodo 1955-1966, ya que se trata de los años en los que abandona el grupo Dau al Set, integrado por Antoni Tàpies, Joan-Josep Tharrats, Joan Brossa, Joan Ponç, Arnau Puig -fallecido el año pasado- y el propio Cuixart, hasta el momento en que se distancia del informalismo, y además coincide con la exposición que celebra en la galería René Metras de Barcelona en 1966.

Modest Cuixart (Barcelona, 1925 - Palamós, Girona, 2007) antes de dedicarse a la pintura llegó a empezar la carrera de medicina, ya que su padre era médico, pero al cabo de dos años la abandonó para dedicarse completamente al mundo del arte. Su primera exposición tuvo lugar en la localidad barcelonesa de Sant Celoni el año 1944. Dos años más tarde funda la revista Dau al Set. Cuixart fue un personaje importante dentro de este grupo, en el que predominaba el ideario surrealista, desde una perspectiva enigmática y mágica, ya que para él, "la pintura es enigmática, carece de alfabeto". De todos modos, algún artista rechazó la idea de grupo, como es el caso de Tàpies, que siempre manifestó su deseo de alejarse de los postulados daualsetianos. El mismo Cuixart había declarado en más de una ocasión que "negar Dau al Set, es negar la vitalidad del arte catalán en un momento determinante de la postguerra, y es ir en contra de Catalunya".

En 1950 viaja a Paris con motivo de una beca que le concedió el Instituto Francés, compartida con su primo Antoni Tàpies, que le servirá para conocer de cerca el arte de vanguardia que se realizaba en la capital francesa. En 1952 alternará sus estancias en París y Lyon con viajes a Suiza y Austria. En todos estos lugares el artista se impregnará de conocimientos que le servirán para adentrarse en el informalismo matérico. De hecho, su etapa informalista tuvo una corta duración, o sea de 1960 a 1965, aunque a diferencia de otros artistas, como por ejemplo Ràfols-Casamada, Hernández Pijuan, Romà Vallés, Tharrats o el mismo Tàpies, se mantuvieron fieles a los postulados informalistas, sea des de la óptica sígnico-gestual como espacial, matérica o tachista. En el caso de Cuixart, la materia surgía a través de diversas densidades texturales, además de incluir elementos reciclados como trapos, maderas, cuerdas, arena, cemento, polvo metálico, etc.

En 1959 obtiene el Gran Premio Internacional de Pintura de la V Bienal de Sâo Paulo, -de cuya edición fueron finalistas Francis Bacon y Alberto Burri- así como el Primer Premio de Pintura Abstracta de Lausana. Se han celebrado diversas retrospectivas de su obra tanto en Barcelona -Palau Robert (1992) y Palau Moja (2003)- como en Madrid -Museo Español de Arte Contemporáneo (1986) y Centro Cultural de la Villa de Madrid (1995)-.

A partir de mediados de los 60 se interesa por el lirismo erótico-mágico, la figura femenina desde todas las vertientes de autocomplaciencia -durante las décadas de los setenta y ochenta-, la incorporación de objetos tangibles que surgen dentro de los paisajes y bodegones que abarcan un período largo, o lo que es lo mismo, de principios de los ochenta hasta mediados de los noventa. En su última etapa hay un retorno al surrealismo, pero desde una perspectiva histórica bien diferente de su paso por Dau al Set.

A partir de 1965 vuelve a interesarse por la figuración mediante el pop-art. Posteriormente, su preocupación por el erotismo, la naturaleza, la figura de la mujer, la incorporación de materiales reales, etc., irán configurando una obra muy singular, que no a todo el mundo le gusta, porqué como todo artista de reconocido prestigio tiene sus defensores y detractores. Se ha comentado diversas veces que la pintura de Cuixart sólo es interesante en sus primeras etapas, o sea hasta los años 70 -que coincide con la presente exposición en Cuenca-, y que después su pintura ya no aporta nada al mundo del arte. La obra de Cuixart, después de tantos años de ejercer, puede o no puede agradar, pero no se puede discutir su calidad.

Modest Cuixart. Alquimismo de la materia y del color
Respecto al contenido de la exposición Cuixart. Los años cruciales (1955-1967), la comisaria señala que "a partir de 1958 las experimentaciones de Cuixart se dirigen hacia la sublimación de la materia y cristalizan en su característico dripping de irisaciones metálicas -doradas, plateadas y cobrizas- sobre fondos generalmente oscuros, procedimiento que evolucionará desde la maraña inicial a una forma de espacialismo".

Se exhiben obras de cariz informalista, en que experimentaba con la textura, a partir de pasta espesa, con diferentes materiales. También hay piezas de la época en que mostraba telas con muñecas pegadas, de las que Maria Lluïsa Borrás con motivo de la exposición que celebró en la René Metras en 1963, advertía que Cuixart "parecía avanzase al pop art que aún no había llegado a Barcelona. Pero aquellas muñecas nada tenían que ver con las imágenes luminosas y provocativas del pop art". Se trataba de la serie de muñecas masacradas Nins sense nom (Niños o muñecos sin sombre). Hacen referencia a recuerdos de su niñez cuando ocurrieron los bombardeos de Barcelona durante la guerra civil española. Más adelante, en la década de los 70, y que sobrepasa cronológicamente la exposición, decidió sumergirse en una nueva figuración. El cuerpo femenino y los rostros de mujeres van adquiriendo notoriedad en sus pinturas, y que seguirá teniendo importancia en sus composiciones de años posteriores.

Una de las obras que cierran el periodo de la exposición y que representa el retorno a la figuración después de su paso por la abstracción es La coupe noire (1967), donde se aprecia un cierto minimalismo en la copa negra situada dentro de un círculo y en medio de la composición, de la que Francesc Miralles la definía como "un Cuixart impetuoso y refinado". Esta pieza también estuvo presente en la antológica del Palau Robert. En cuanto a Geoxometro (1965) y Probeta, hacen referencia a diversas cuestiones matemáticas, filosóficas y esotéricas. Cuixart siempre ha sentido atracción por la ciencia -influencia debida a pertenecer a una familia de médicos y farmacéuticos-, pero también por lo metafísico. En Blau o el pa daurat dels pobres (1962), donde se aprecia "un aro de hierro perpendicular al plano del lienzo", lo que indica la presencia de materia a modo de collage o de incrustación de pigmentos u otros materiales, que dan idea de bidimensionalidad.

Para Raquel Medina, el artista siempre ha sabido "ver más allá, tener un especial sentido para captar la realidad desde perspectivas insólitas que tienen mucho que ver con el sentido de la poesía, del humor, del enigma y que permiten imaginar las cosas fuera de su contexto habitual y prosaico, huir de toda la vulgaridad que nos rodea a la búsqueda de otros mundos donde adentrarse".


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