Las vibraciones ultrasónicas aplicadas al cerebro, mediante un dispositivo que se coloca en la cabeza, pueden afectar al estado de ánimo, según ha descubierto un equipo de investigación de la Universidad de Arizona en Tucson, Estados Unidos.
El descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos para algunos trastornos psicológicos.
El equipo del Dr. Stuart Hameroff ha constatado que las ondas ultrasónicas aplicadas a áreas específicas del cerebro, parecen alterar el humor de los pacientes, por lo que ya está en marcha una línea de investigación orientada al posible uso futuro de esta técnica para tratar problemas como la depresión y la ansiedad.
Hameroff comenzó experimentando la técnica consigo mismo. La primera vez que se aplicó el ultrasonido, durante 15 segundos, presionando el dispositivo emisor contra su cabeza, no sintió ningún cambio en aquel momento. Sin embargo, cerca de un minuto después, "me empecé a sentir como si me hubiera tomado un Martini", confiesa.
Estuvo así, de muy buen humor, durante un periodo de entre una y dos horas.
Consciente de que su experiencia podría ser simplemente un efecto placebo, derivado de su expectativa de experimentar un cambio, Hameroff se propuso probar debidamente el tratamiento con un ensayo clínico.
Con la autorización del hospital y del comité de investigación, así como del consentimiento informado de cada paciente, Hameroff y sus colegas aplicaron ultrasonido transcraneal a 31 pacientes aquejados de dolor crónico, en un estudio en el que ni el médico ni los pacientes sabían si la máquina de ultrasonido estaba encendida o apagada.
Los pacientes informaron de una mejora en su estado de ánimo hasta 40 minutos después del tratamiento con el aparato en marcha. En cambio, no experimentaron ninguna mejora cuando la máquina estaba apagada.
Después de obtener estos prometedores resultados preliminares en pacientes con dolor crónico, Hameroff y sus colegas se propusieron investigar si la estimulación ultrasónica transcraneal podría mejorar el estado de ánimo en un grupo mayor de voluntarios sanos.
Jay Sanguinetti y John Allen, de la misma universidad, han realizado un estudio de seguimiento del tratamiento con ultrasonido en un grupo de voluntarios integrado por estudiantes de psicología de la Universidad de Arizona, registrando signos vitales como frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria. Han determinado que un tratamiento a 2 megahercios durante 30 segundos es el más capaz de producir un cambio positivo en el estado de ánimo de los pacientes.
Ya se trabaja en la idea de fabricar un aparato comercial basado en este hallazgo.