Bueno, en la anterior entrada anuncié alegremente cómo mi blog revivía por las vacaciones, y resulta que no, que mis vacaciones han durado tan poco que ni me he enterado. Y a mí madrugar me sienta muy mal, y así me pasa, que por als tardes necesito el mínimo esfuerzo intelectual. Ni que mi blog fuera un ejercicio de intelecto, pero hey, pienso lo que escribo (aunque a veces quizá no lo parezca) y no doy de mí.
Hoy digo: va, actualiza. Con algo así breve, y así no tienes excusa porque te cansas. Pensé en la escena de Battle Royale por el principio, cuando una japonesa super amor y kawaii les explicas las normas, toda ella feliz aunque hable de muertes, y Kitano también feliz de la muerte -pero con su cara de que no es feliz, esa cara de Kitano de "sí, me ves muy tranquilo y serio, pero tócame las narices, y no tendrás posibilidad alguna de sobrevivir"-. Y los alumnos acojonados y flipándolo. Me encanta, es taaaaaaan divertido ese momento. Pero youtube me odia, y no encontré video.
Luego, youtube siguió odiándome, ya que quería poner la primera aparición de Malcolm McDowell en la película If... Es anterior a La naranja mecánica, y fue por esa escena, cuando Kubrick lo vio ahí, cuando supo que él sería Alex DeLarge. Parece ser que la veía una y otra vez, convencidísimo. Tampoco la encontré en youtube.
Ya super desesperada de la muerte, pensando que igual me tenía que currar una entrada sobre una película, me dio por pensar en buscar cualquier escena de una película al azar, a ver si encontraba algo decente con lo que actualizar. Así de profesional soy. Me acordé de Martín(Hache), y de esta sí hay mogollón de videos amor en youtube.
Y es que, de esa película tengo recuerdos que supongo que coinciden con los de muchos: sus diálogos. Ese guión que es para tenerlo ahí, y al menos unas cuantas partes, leerlas y leerlas. Y es que esa película es diálogo puro, es vida, porque hablan y reflexionan sobre ella y sobre asuntos relacionados con ella. No puede no interesarme cuando se habla sobre la vida, al menos cuando se habla tan bien, cuando se dicen las cosas bien dichas, como tienen que decirse, como rondan por mi cabeza, pero no sé ponerlo en orden ni expresarlo de esa manera tan digna.
Y claro, sobre todo, recuerdo a Dante, de Eusebio Poncela, que sus frases son para mí el recuerdo que mejor guardo. Y eso que la mayoría las he olvidado. Es más, creo que además de la de follarse a las mentes, no recuerdo ninguna en concreto. Pero sí recuerdo la sensación al escuchar cómo hablaba: y es una gozada.
Esa escena es una de tantas que podría haber puesto. No la pongo por nada en especial, si no porque había que poner una. Y no puede dejar más claro en ella lo absolutamente crack que es.