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Momentos memorables e instantes que lo cambian todo

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

La vida está compuesta por instantes, momentos que hacen que todo cambie, pequeños soplos que lo mueven todo. No hace falta que sea un acontecimiento grandioso, un simple suspiro puede cambiar la historia de alguien irremediablemente para siempre. Así de simple. Así de sencillo. Así de mágico. Un segundo y ya nada es igual. Instantes que te Momentos memorables e instantes que lo cambian todo hacen contener la respiración en la literatura hay muchos, momentos de esos que hacen que dejes el libro, te arrodilles ante él y aplaudas fervientemente. Nuestro post de hoy tiene que ver con eso. Con esos momentos que lo cambian todo.

¿Se os ha caído el libro alguna vez ante lo que estaba sucediendo en las páginas que leíais? ¿Os ha dejado algún autor con la boca tan abierta que después no podíais cerrarla? Hay libros que son recordados por momentos exactos. Hablas de ellos y esa escena acude a tu mente, como grabada a fuego, y no puedes evitar pronunciar ese cómplice ¿te acuerdas cuando…? Aquí os dejamos esos momentos que nos han marcado últimamente, por sorprendentes, emotivos, divertidos o porque son tan grandes que te tocan sí o sí. Es un post que contendrá spoilers ocultos, sólo tenéis que darle al botoncito del spoiler para que os muestre el qué ;)

¿Quién no recuerda ese momento de Katniss cantándole a Rue? Un instante que hace que el corazón se te encoja y pienses, y llores, y te arrodilles. A tu mente acuden enseguida palabras como venganza, perdón, revolución, lucha, dolor. En unas pocas letras se acumulan temblorosas miles de emociones que te invaden. Nosotras recordamos Los Juegos del hambre con esa escena. Esa escena y el momento en que Gale hace estallar la bomba… todo esto empieza por algo (o alguien) y al final… increíble.

De La fabulosa historia de Henry N. Brown se grabó sin remedio Friedrich y su despedida de Henry. Es de esos momentos que desgarran un poco, que duelen, que sientes impotencia por no poder meterte dentro del libro y solucionarlo todo. He aquí un pequeño extracto de la escena:

Nunca olvidaré esa canción, que a Friedrich le recordaba constantemente a su Marlene, que lo consolaba cuando se sentía solo, que le daba esperanzas y alegría. Una canción sencilla, tonta. Y cuando ahora pienso en ella, sigue sonando en mi cabeza y lo veo delante de mí, bailando cogido de la mano con Ingvild y Guri por la era y cantando a grito pelado. Magnus se quedó paralizado. Friedrich se quedó paralizado. Los dos hombres estaban frente a frente y se miraban. La luna dibujaba sus contornos en negro sobre la nieve. Yo temblaba. Deseé poder cerrar los ojos. Pero estaba obligado a seguir mirando, no tenía elección. Marlene, pensé. Marlene. Ingvild. Guri. Torleif. Marlene. Franziska. La tía Lottchen. Friedrich. Magnus. Magnus levantó la escopeta. Friedrich no se movió. No apartaron la mirada el uno del otro. Magnus retrocedió lentamente, con el fusil alzado. Un paso. Otro paso. El arma apuntando al hechizado Friedrich. Friedrich meneó lentamente la cabeza. Muy lentamente. Luego, Magnus se volvió. Saltó la valla de un brinco y desapareció a la derecha, hacia el bosque, entre las sombras alargadas de los árboles. No sé cuánto rato se quedó Friedrich allí de pie, siguiendo con la mirada aquella figura. Un minuto. Quizá dos. Luego se dejó caer pesadamente sobre el banco. Me descubrió. Me cogió con cuidado y me miró. —Mañana. Mañana, amigo mío, nos iremos a casa —dijo en voz baja—. Y nada de todo esto nos importará. Así era Friedrich: en su mente ya estaba en casa. Sonrió. Y aún sonreía cuando la bala que llegó por la izquierda desde el granero le atravesó el pecho. Resbalé lentamente de sus manos y caí sin hacer ruido sobre la gélida nieve.


Un momento de esos que dejan a una con la boca abierta, literalmente, y que fue totalmente inesperado es lo que sucede con Innocencio en la última parte de la saga Amor Inmortal, concretamente en el tercero: Luz inmortal. Cate Tiernan destaca por lo cruel que puede llegar a ser, por muy angelito que parezca, con sus personajes. La mujer no se corta un pelo cuando ha de hacérselas pasar canutas, lo de Incy se lleva la palma:

Momentazo cuando a Nasty le dan la caja, la abre y ¡¡¡¡¡¡se encuentra la cabeza de Incy dentro!!!!!!! Sin palabras, sin comentarios, con la mandíbula desencajada de tanto que abres la boca y plantada en la cama sin poder pasar las páginas de la impresión. Fue algo totalmente inesperado, algo de lo que no creíamos capaz a la autora. Fue un gran punto a favor de Cate Tiernan porque el giro argumental resultó espectacular y porque demostró que era capaz de todo.


Así como Richelle Mead en su saga Vampire Academy en relación a Dimitri:

¿Alguien imaginó, en algún momento durante la lectura de los primeros libros, que Dimitri se convertiría en Strigoi? A partir de ese momento TODO cambia; no hay vuelta atrás para los Strigoi… ¿qué hará ahora la autora? ¿de qué será capaz Richelle Mead? Esperemos que de algo grande y no salga por la vía fácil…


Otra autora que demuestra que puede ser tan sorprendente como la que más, sobretodo en escenas puntuales (ya que el global de sus novelas ya sabes dónde termina), es Megan Maxwell. Su última publicación, Pídeme lo que quieras: una saga erótica que lo está petando aquí en España, tiene escenas que son de “madre mía, madre mía”, en concreto:

Es imposible no quedarte con los ojos como platos cuando Jud accede a que Eric grabe sus relaciones en ese momento en el que ella está con los ojos vendados, para verse más tarde si quieren, y cuando Jud se decide a verse en el vídeo se da cuenta de que no ha estado con Eric, si no que ha sido una mujer la que le ha hecho todo lo que le ha hecho… Sin palabras, un olé para la autora por ese momentazo (que hay que tener temple de hielo para escribir).


Algo de una saga que no queda en la memoria el conjunto, pero que allá cuando salió y todo el mundo descubrió el secreto de la prota (que no estaba demasiado de moda por el momento) nos sorprendió gratamente, fue lo de la saga Medianoche:

¿Que Bianca fuera el vampiro en vez de Lucas? Un puntazo para la saga, la pena es que a partir de que se descubre eso todo empieza a flojear y de los cuatro libros no hacemos uno.


Los autores pueden llegar a ser muy maquiavélicos, que juegan con el lector y lo tienen a su merced sin que se entere, que lo llevan de aquí para allá haciéndole creer que está parado… Beth Revis consigue algo en su saga Across the universe, en Tan Cerca:

Te ha tenido lejos, te pasó de largo, volvió a atrás; momento “descubrimiento” fue cuando Amy se dio cuenta de que ni se habían pasado de largo, ni les faltaba media vida para llegar a Tierra Centarui, que estaban justo ahí delante y les habían escondido el secreto durante siglos


Aunque yéndonos a un momento triste donde los haya, y que fue un duro golpe para todos aquellos niños que empezábamos a asumir que no todo es color de rosa, el de Harry Potter y la orden del Fénix:

¿A quién no dejó a cuadros e impresionó la muerte de Sirius Black? Ahora está, ahora no está. Para el niño mago fue trágico, pero para los lectores…


Como indestructible es el recuerdo que deja Jericho de la saga Fiebre Oscura, sobretodo en Fiebre Sombría:

El personaje más frío, calculador y duro como una roca con el que podremos toparnos jamás, nos muestra un pedazo de su alma –bueno, vale, Mac se inmiscuye donde no le llaman- y descubrimos cosas que dejarían a cualquiera patidifuso: ¿qué es eso de ser un monstruo que muere cada noche? ¿Quién iba a esperarse que tuviera a su propio hijo encerrado en “esa dimensión”? ¿Quién iba a esperar que Jericho diera un paso al frente? Momentazos inolvidables los que describe KMM cuando Jericho intenta "devolver" a la realidad a Mac, ¡¡¡por fin las escenas que esperamos durante cuatro libros!!


Podría decirse que en Las ventajas de ser un marginado hay un momento crucial e inolvidable que resume a la perfección el porqué de todo, ese final que deja a una desmontada totalmente:

Charlie deja caer, como otra carta más, el abuso que sufría de pequeño por parte de su tía. Algo que ya no marca únicamente al personaje, es algo que le dejará una pequeña brecha en el corazón al propio lector. Un libro duro donde los haya, por muy “bien” que se lo pasen los protagonistas, que dejará huella en todo aquél que abra sus páginas.


El final de la trilogía de Canciones para Paula tampoco se queda atrás, o mejor dicho, ese epílogo, que Blue Jeans es mucho de epílogos. Y es que…

¿Quién iba a esperar que fuese un libro dentro de otro libro? ¡OMG! Boca abierta y ojos como platos con el ¿¿¿WTF??? retumbando en la mente.


Y por final bonito, emotivo y sentido, sin duda se graba el del El gran juego (leedlo, leedlo, leedlo, leeeddddlooo) con la última carta de Perotti a Cucurucho:

Querida Cucurucho, queridísima Cucurucho: Si has llegado hasta aquí es porque has completado el puzzle, el mapa invisible que no conocías. Me hubiera gustado estar ahí para verte, pero comprendí que era mejor ampararte la soledad después de mi muerte. Déjame que te cuente una historia. Para eso tengo que presentarte a alguien a quien tú no conoces. Es mi tía Clotilde. Ella fue la que me salvó. Aunque aún no lo sepas, eso es lo que hace la gente: salvarse. Nos vamos salvando los unos a los otros, sin casi darnos cuenta, porque eso y sólo eso es el mundo y la vida. Nos damos coordenadas para poder atracar el barco en el puerto. Casi nunca hablo de Clotilde porque quiero guardármela entera para mí. La conocí cuando murió mi padre. Me dijo que a partir de entonces yo estaba en el Gran Juego. Era algo que hacía muchos años había empezado, de lo que ella había formado parte y ahora me tocaba a mí continuarlo. Sólo yo podía hacerlo y era un gran secreto. El Gran Juego es casi como un gran puzzle. Necesita muchas piezas. Mis propias piezas. Ellas formarían una llave que me permitiría entrar donde debía hacerlo. Me dijo que me iría mandando pistas desde el otro lado del océano y que el mundo era un mapa invisible. […] El Gran Juego es la inmortalidad que nos vamos pasando. No sé quién lo ideó, no sé quién lo inventó, ni estableció sus reglas. Pero fue listo: algo secreto que sólo te compete a ti. Algo importante. Quién no se hubiera embarcado en esa aventura. De qué otra forma podrían lograrlo. Durante mucho tiempo se rumoreó que el Gran Juego pertenecía a los poderosos. Probablemente porque estos eran los que tenían más ansias de seguir viviendo; el resto tenían que concentrar sus fuerzas en sobrevivir. Clotilde murió muchísimos años antes de que tú nacieras, Cucurucho, y sin embargo ahora la conoces. […] Te elegí a ti, Cucurucho, porque tú me salvaste. No pienses que es al contrario. Al verte, pensaba: «Mira, sigo viviendo». La vida es imparable. Sigo viviendo en ti. Sigo viviendo ahora. Otros vendrán. Tú has venido. Por eso debes continuar el Gran Juego. Recae en tu mano. Debes de transmitir este secreto y sus claves. Espero que hayas visto el mar y el cine. Espero que hayas conocido los rincones de una ciudad que estaba oculta para ti. No te ciegues nunca, míralo todo, descubre el universo bajo tus pies. Espero que hayas observado la belleza y la miseria de la que se compone la vida. Espero que hayas creído en seis cosas imposibles antes del desayuno. Y hay algo que quiero que recuerdes siempre, que nunca me cansé de repetirte. Las personas jamás dejamos de sumar. Así lleva siendo desde el principio de los tiempos, así continuará. Somos legado y promesa. Somos el cúmulo de nuestros padres, abuelos, ancestros y amigos. Somos el resultado de personas que vivieron hace siglos. Somos los que vienen detrás de nosotros. Somos retales. Somos infinitos. Somos suma. Somos suma de muchos.


Y ahora bien, ¿Cuáles son vuestro instantes literarios? ¿Esos que os han hecho reír, llorar, os han marcado u os han dejado con la boca abierta? Sabemos que hay cientos de ellos, la nuestra es una pequeña recopilación de la que esperamos poder continuar publicando entregas: ¿algún momento memorable que creáis que deba estar en la siguiente?

Maisha y Nia

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Entrada escrita por Nia

Bruja de profesión. Adicta declarada a los libros, a postear sobre ellos, al blog y a Maisha y sus letras. No me aceptaron en Hogwarts, pero he encontrado un lugar igual o más mágico todavía del que nunca quisiera marchar; ¿os quedáis, también?

Momentos memorables e instantes que lo cambian todo

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