Revista Diario

Momentos surrealistas

Por Sory
La verdad es que han pasado bastantes cosillas en estos días. Especialmente reseñable el momento en el que nos preparábamos para ir al hospital y llamaron a la puerta. Creyendo que era el chófer, abrimos y aparece un menda, vestido únicamente con una toalla, en la cintura. Con cara de tener fiebre y una tetera en la mano. La verdad es que como sólo hablaba baribá no nos enteramos muy bien de lo que quería, pero un enfermero que nos acompaña de vez en cuando nos dijo que lo que quería eran las hojas de un árbol que hay caído en el jardín-desierto. Suponiendo que podía tratarse de quina se las dimos, y el tipo se fue. Aunque he de decir que sus abdominales son la única tableta de chocolate que hemos visto por aquí desde que llegamos. Aquí va la prueba documental:
Hace un rato, hemos oído a alguien en el jardín desierto. Al salir para ver de quien se trataba, sorpresa: 2 cabras comiendo de nuestros árboles, tras conseguir dominar a copito de barro y negrita (aunque yo he propuesto capturarlas para comérnosla, pero la idea no ha triunfado), las hemos puesto en libertad para que comieran en el carril basura, que aquí es el que rodea a lo que llaman carretera.
La verdad es que Irene, se merece varias entradas en el blog, porque se ha convertido en la brico-woman de la casa (lo sé, a sus padres les sorprenderá, pero hay fotos), su anécdota fue cuando quisieron que les regalara su pelo y no entendieron que ella no quisiera darlo. Aunque posiblemente nos lo pensemos mientras duerme, porque aún no hemos conseguido cambiar dinero, y daríamos lo que fuera por un poco de carne (como habréis deducido de la anécdota anterior).
Eso es lo que nos piden a nosotras, y lo que nos ofrecen… Pues niños que es lo que aquí sobra. Ya nos han querido dar trillizos, y un niño de un orfanato cercano, pero de eso niños ya hablaré en otra entrada, porque son lo que hacen que merezca la pena haberse cruzado al otro lado del mundo. Por ellos todo merece la pena.
Otra es de la picaresca del ambulatorio donde trabajamos, cuando le mandamos un medicamento a un paciente y vuelve de la farmacia con 8 diferentes, aunque estamos haciendo educación sanitaria, que es a lo que vinimos.
Un abrazo a todos, y especialmente a Almu, que supongo que en algún momento se pasará por aquí.

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