La comida el primer día la hicimos en Ateca que es un pueblo mas cercano con algo mas de servicios. en uno de los restaurantes del camino principal tomamos un menú básico, barato pero correcto.
Por la tarde estuvimos paseando por Calatayud y aprovechamos para merendar en la conocida cafetería de La Dolores. Uno de los sitios mas turísticos de la ciudad.La visita al Monasterio de Piedra la realizamos al dia siguiente. comenzamos la visita sobre las 11:00 uniéndonos a un grupo de visita organizada para la parte del monasterio, o de lo que queda de él después de sufrir tres periodos de abandono.
A continuación del monasterio visitamos la parte del parque. Todos los disfrutamos mucho viendo todos los saltos de agua y recorriendo el sendero. Especialmente me impresiono la última parte del circuito cuando atraviesas el ultimo salto de agua por detrás y puedes entrar hasta el fondo de la cueva generada detrás de la cascada. Sin duda esta última parte no hay que perdérsela.
Salimos del parque a las 14:30 justo para comer en el restaurante que se encuentra en las mismas instalaciones. Tienen menú por 13€ muy completo con cosas típicas de la zona. Incluidas las truchas que se pueden ver en el último recorrido del parque.
La zona también dispone de columpios para que los peques se desahoguen un rato después de comer.
La merienda la hicimos en Jaraba. Es un pueblo pequeño pero conocido porque aquí se concentran los principales balnearios. Algunos como el Sicilia ofrecen ofertas para ir con niños.
Al día siguiente tomamos camino de Ibdes para visitar una cueva que esta señalizada desde la carretera como la cueva de las Maravillas. En realidad la cueva es muy pequeña y está totalmente expoliada, por lo que apenas queda alguna estalactita en pie. Para visitarla hay que pagarla. Afortunadamente por la mañana asolo eran 2€ por adulto (niños hasta 6 años gratis). Pagar mas no merece la pena. Los peques lo disfrutaron más porque realmente la cueva es estrecha. Justo detrás de la cueva hay una pequeña ermita metida en una cueva y un pequeños salto de agua con un merendero.
Para comer en Ibdes complicado. Realmente salvo en Nuevalos, comer por los pueblos de esta zona no es fácil porque no tienen mucha dotación de servicios. Terminamos comiendo en Jaraba en un bar que ponía servía algunos platos.
Por la tarde, y aprovechando el buen día, hicimos el camino de las Hoces del rio Seco. Tomando la carretera desde Jaraba en dirección opuesta a Ibdes, comienzas a recorrer las Hoces del rio mesa (esta parte de recorrido con el coche resulta muy llamativa).
Al iniciar el camino se cruza en cuanto pasas el ultimo balneario un puente y a la izquierda esta señalizada una ermita que se encuentra en lo alto de la montaña y ahí se puede aparcar el coche para hacer el recorrido a pie. Hasta la cuevas de pinturas rupestres (hay que echarle mucha imaginación para verlas), son 3km de ida y otros 3 de vuelta por el mismo camino. El camino es sencillo y sin ningún tipo de peligro para los niños. Solo en la parte final se eleva para alcanzar la pequeña cueva de los restos de pinturas rupestres. Merendaremos en la parte alta de las hoces.
A la vuelta a Madrid el ultimo día paramos en Medinacelli. Una visita interesante. El coche se puede subir hasta arriba porque tienen un pequeño parking. Justo ahí esta el punto de información turística donde te dan un pequeño mapa con el recorrido. El sitio es pequeño y se ve enseguida. Tiene mucha oferta de restaurantes todos con muy buena pinta, eso si, al menos en domingo imprescindible reservar con antelación si no quieres terminar malcomiendo en un bar de al lado de los columpios del parking.