Revista Religión

¡Monseñor Jesús Calderón, descanse en paz!

Por Joseantoniobenito

¡Monseñor Jesús Calderón, descanse en paz!

Nació en Cajabamba, Cajamarca, el 21 de setiembre de 1920. Sus padres igual que sus trece hermanos formaron una familia cristiana que dejó ejemplo en esa localidad. En 1937 ingresó a la Orden de Predicadores, en el convento de Santo Domingo de Lima, cuyo prior era el padre Enrique Muñoz; a la misma Orden pertenecían dos primos hermanos suyos, los padres Enrique y Sadoc Calderón. Al poco tiempo fue enviado al postulantado de Arequipa y a los dos años viajó al Cusco a hacer su noviciado, bajo la dirección del padre Alberto Dettmann OP, posteriormente obispo de Ica. El 6 junio de 1940 emitió sus votos religiosos, e hizo sus estudios de filosofía y teología en el Estudio General e Internacional Dominicano del Cusco. Fue ordenado sacerdote dos años antes de terminar los estudios teológicos, el 27 de diciembre de 1944. Después de graduarse de lector en Teología, fue nombrado vice maestro de estudiantes; y al comprobar sus cualidades en la formación, fue enviado a Roma a la escuela de maestros de novicios que funcionaba en Santa Sabina; y al mismo tiempo obtuvo su Licenciatura en Teología en el Angelicum. 

Fue prior del convento de Santo Domingo de Arequipa y Director espiritual de la Hermandad del Santo Sepulcro; el 13 de mayo de 1969 fue promovido al episcopado con el título de Obispo de Bevagna y obispo auxiliar de la diócesis de Ica. Fue nombrado el 3 de noviembre de 1972 como obispo diocesano de la Diócesis de Puno, donde trabajó por 26 años.

Nunca dejó de sentirse fraile de la Orden Dominica, y siempre que podía se recogía en el convento con su hábito dominicano. De tal modo que al ser obispo emérito de Puno se retiró a vivir con sus hermanos dominicos.

Uno de los ejemplos que nos ha dejado es su piedad por la Santísima Virgen María: durante estos últimos años ha sido un fiel celebrante de la Misa del mediodía en el Templo de santo Domingo de Lima ante el altar de la Virgen del Rosario; muchas veces caminando con dificultad y hasta arrastrando los pies iba a esta celebración. Aún el último jueves, en cuya noche le dio el ataque cerebral había celebrado la Santa Misa.


Descanse en paz, Mons. Jesús Calderón.


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