Cuando el relato no se condice con el nivel de animación
Nada se le puede reprochar a Pixar
desde el factor estético en este tipo de películas. Monsters University es un carnaval de colores y movimientos
majestuosos en lo que respecta a darle vida a los personajes. Pero en la
balanza, la historia y su dinámica quedan chiquitas en comparación con el
aspecto técnico-visual que se nos presenta ante nuestros ojos.
La narración nos remonta a la infancia de estos carismáticos monstruitos,
permitiéndonos conocer la vida escolar de nuestro protagonista: Wazowski. Este
pequeño esperpento verde de un solo ojo es continuamente aislado y poco tenido
en cuenta por sus compañeros; no hacen más que crearle vacío a cada momento. Cuando
visita la fábrica y es testigo de cómo ciertos experimentados de su especie
brindan grandes saltos a sus “víctimas”, Mike decide que quiere ser asustador.
Pero claro, su simpática y poco aterradora apariencia se torna el obstáculo más
difícil de sortear cuando emprende su carrera universitaria.
Y a partir de allí, el relato nos sumerge en el mundo académico,
permitiéndonos conocer cómo comienza a edificarse la relación entre Wazowski y
Sulley, el primero un destacado en lo que concierne en la teoría y táctica de
los sustos; el segundo casi un experto por don natural en la práctica. Pero el
problema en Monsters University se da
en el ritmo del film: probablemente con mucho menos vigor y energía que otras
entregas de Pixar, la dinámica no es
la apropiada y la cinta cobra fuerza recién cerca del final donde se lleva a
cabo la gran competencia de sobresaltos entre los diferentes equipos
contendientes.
Impecable desde la animación y con algunos buenos gags, la historia no
termina de conectar al espectador por poseer (extrañamente en este género)
ciertos aires de densidad que no hacen más que desenfocar la plena atención del
público.
LO MEJOR:estética, soberbia desde lo técnico. La contienda final.
LO PEOR:no enriquece ni conmueve desde la narración. Le falta ritmo.
PUNTAJE:5,2